𝐈𝐈𝐈

99 10 3
                                    

⚠️ ATENCIÓN ⚠️
Temas delicados y más o menos fuertes.

Las mismas mañanas todos los días, Lucifer siempre despertaba con los gritos de su familia, exclamando que se levantará.

Ayer había sido un día duro para el, porque al volver a casa el padre lo estaba esperando, mirándolo con odio.

Le habrán dejado algunos moretones y otras heridas, luego de haberlo golpeado lo más fuerte posible. No les gustaba que el pequeño rubio saliera de la casa, menos cuando podía contarle a cualquiera que lo abusaban físicamente.

Así es, el pobre chico era maltratado por su propio padre, mientras que su madre y hermanos solo miraban con desprecio a su hijo, Lucifer.

Al levantarse caminó hacia la sala de abajo y preguntó con miedo que ocurría, pero un grito fué lo que recibió. Una de las cosas que odiaba de su mañana, era que su padre siempre lo ande recordando lo desagradable que era para su familia.

Lo odiaban completamente y el pobre chico siempre pensaba cuando llegaría el día en el que se separaría de ellos. Por eso siempre se concentraba mucho en la Universidad, para algún día tener el dinero suficiente para irse de aquel lugar.

Estaba con la cabeza baja mientras pensaba e ignoraba a su padre que lo apuntaba con un dedo y le gritaba con una expresión de enojo en su rostro.

Pero su cabeza apuntando al suelo, no duró mucho cuando su padre le pidió a uno de sus hermanos, Miguel, el más obediente, la regla. Mientras que al rubio le pedía su brazo para golpear su mano.

Odiaba el lugar, odiaba a su madre, odiaba a sus hermanos y odiaba mucho más a su padre ¿Que les había hecho? ¿El simple hecho de existir ya lo enfadaba? Siempre se preguntaba que había hecho para merecer eso.

Hasta llegó a pensar que el era el problema.

╰≫ Hasta en toda su secundaria y primaria, era odiado por sus compañeros. Hasta que aprendió a defenderse solo. Pero antes de eso era inútil para defenderse, todos los compañeros lo golpeaban o le decían cosas hirientes, y todo era parte del plan de su hermano, Azrael.

Todos los días salía con pequeñas lágrimas, de la escuela, para luego llorar más debido a los golpes de su padre. ≪╯

Sentía los fuertes golpes de la regla, pero el ya se había acostumbrado a ello y, solo miraba a su padre con una mirada fría. Aunque ya estaba acostumbrado, su cuerpo, soltaba lágrimas de dolor y de tristeza. Quería pegarle una piña en el acto a su padre, pero simplemente, no podía.

Los golpes eran cada vez más fuertes, se escuchaban ecos por aquello, pero a el no le importaba, ni siquiera que su hijo esté sangrando.

Luego de un rato largo, Lucifer se fué a su cuarto. Se cubrió las heridas y se lavo la cara y los dientes, luego se cambió y se arreglo. Se miro al espejo y se vio a los ojos. Tenía sus ojos azules hinchados de tanto llorar.

Solo quería estar con sus amigos, sobre todo con aquel castaño que se encontraba perdidamente enamorado de el. Creo que esa era la razón por las que sus padres los golpeaban más seguido.

Pues cuando les contó que Lucifer era Gay, ellos se enojaron bastante, hasta intentaron emparejarlo con la hija, de un señor muy importante de la ciudad, Lilith. Una chica hermosa y de pelo largo y Rubio.

𝐎𝘫𝘰𝘴 𝐀𝘻𝘶𝘭𝘦𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora