𝐈𝐗

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Al día siguiente el pequeño Rubio de ojos azules se despertó con una resaca insoportable

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Al día siguiente el pequeño Rubio de ojos azules se despertó con una resaca insoportable. Por lo tanto se quedó un rato acostado en la cama que compartía con el moreno.

Como era de costumbre, Alastor ya no estaba al lado suyo, ya que este se despertaba muy temprano, no sólo para ir a la Universidad, sino porque luego de el horario de estudio tenía un pequeño trabajo de dos horas, dejando asi a Luci solo.

El todavía seguía en depresión, por lo tanto al día siguiente no iría a la Universidad. Aunque el castaño ya había avisado sus inasistencias, pero no hablo demasiado, ya que al rubio no le gustaba que hablen mucho del tema.

Al levantarse tenía un dolor de cabeza muy insoportable. Quería sacarse la cabeza para calmar el dolor. Miro a la derecha en donde estaba su mesita de luz y vio una pequeña caja, en ella había una pequeña nota que decía "Para Lucifer".

"Luci, se que estas pasando por un mal momento, así que me tome la molestia de comprarte un pequeño regalo. Espero que te guste, pues estas semanas que estuvimos saliendo me di cuanto que te gustaba mucho un animal en específico.

Ate: Alastor

El más bajo abrió la cajita y allí se encontraba un pequeño llavero de pato, a lo que esté sonrió sin estar más agradecido.

Una lágrima salió de su ojo. Que rápidamente limpió. Por fin se levantó de la cama y fue a lavarse los dientes y a cambiarse.

Al salir no vió la cara del Moreno por ningún lado, puede que este en el trabajo. Aquel chico tenía un canal de radio en donde pasaban algunas canciones de jazz y hablaban del clima, etc. Nunca había escuchado eso.

Lucifer seguía algo cansado. No tenía ganas de hacer nada, podía ser por la etapa por la que estaba pasando, pero también era por el dolor insoportable de cabeza, así que solo se acostó en el sillón, boca abajo y abrazando la almohada para dormir hasta las 19:00 era su horario de trabajo.


Alastor volvió del trabajo, lleno de naturalidad como era de costumbre. Ese día no volvió con hambre, porque almorzó con su amiga Rosie.

Cuando entró a su casa vio el sillón en donde el rubio estaba acurrucado, generando así una sonrisa cálida.

Se acercó al más bajo y le tocó la espalda con suavidad, en un intento de despertarlo. Cuando el dormilón lo hizo noto la cara de cansancio, así que río un poco.

-"Querido, te ves terrible"- dijo entre risas.

-"Es que me duele mucho la cabeza"- dijo apoyando su cabeza de nuevo en la almohada.

𝐁𝘭𝘶𝘦 𝐄𝘺𝘦𝘴 || Radioapple ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora