Capítulo 13

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     ¿Recordáis esa emoción que se os comentó hace dos capítulos, que me sentía ansiosa y nerviosa, pero a la vez capaz (gracias a Lux) de cualquier cosa que fuera a pasar? Pues bien, olvidadlo completamente, haced un borrón y cuenta nueva del últ...

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     ¿Recordáis esa emoción que se os comentó hace dos capítulos, que me sentía ansiosa y nerviosa, pero a la vez capaz (gracias a Lux) de cualquier cosa que fuera a pasar? Pues bien, olvidadlo completamente, haced un borrón y cuenta nueva del último párrafo del capítulo once, como si nunca hubiera sido escrito.

     ¿A qué se debe todo esto, Jinx? Os preguntaréis. Bien, para explicaros bien a qué se debe este pesimismo escrito con palabras en un documento de Google con la tipografía Arial a tamaño número 11, he de poneros en contexto.

     Después de mi...bajón de azúcar vamos a llamarle, pues todavía no tenemos un nombre para lo que me pasó (obviamente se que no es un bajón de azúcar, ojalá), estuve varios días en cama, sintiendo ligeros dolores de cabeza y el cuerpo entumecido, por lo que me obligaron a no salir de la habitación bajo ninguna circunstancia más allá de ir al baño.

     De todos modos, no fue tan malo, pues además de las señoritas que trabajan para los reyes y fueron muy amables conmigo, Lux no se despegaba de mi en ningún momento, incluso se escabulle por las noches para dormir conmigo, cosa que hace que cada vez me sienta más sana y fuerte, el amor supongo.

     Tres días después...creo, pude por fin salir de la habitación al recibir el visto bueno de la servidumbre. Por lo que acompañada de Lux, salí de una vez por todas. Lo primero que hice al salir fue ir al jardín que la rubia me había mencionado un montón de veces, diciendo que era muy bonito pero no tanto como yo, si es que esta mujer sabe cosas.

     Al salir me quedé maravillada por las vistas. El castillo estaba ubicado en lo alto de una montaña, y su jardín estaba atrás del mismo, dando una vista a la gran ciudad de Demacia en la que estuve. Lux se posicionó a mi lado y me dio una sonrisa mientras extendía su mano hacia mi. La tomé con suavidad, suspirando al sentir su palma caliente con la mía, que solía estar fría, para luego sentir un ligero tirón y seguir a Lux, que tiraba de mí y me guiaba hasta una mesa que estaba en la entrada de la zona de las flores.

     La mesa era de un material que no había visto nunca, pues parecía ser una roca blanca con detalles negros y grises. Era redonda y bastante grande, pensada para que la familia Crownguard pueda pasar un día de verano aquí sentada. Las sillas son de una madera oscura, y estoy segura de que las había visto en Piltover, por lo que deduje que son del AKEI, una copia obvia de IKEA pero como no tenemos su patrocinio pues no sale, es la que hay.

-¿Qué flor es esta?- Pregunté mientras observaba una flores de gran tamaño y de color blanco.

-Son rosas- Me respondió mi chica, acercándose a mi y observándola también- Aquí crecen con abundancia, por lo que hace años los floristas comenzaron a venderlas, pero lo malo era que estaban matando las hectáreas en las que crecían, por lo que nosotros decidimos cuidarlas, tanto en nuestro jardín como fuera de él- Me explicó mientras las acariciaba con delicadeza- Obviamente la venta sigue activa, pero es más controlada, tampoco podemos destrozar un mercado entero, así que de esta manera salvamos una especie floral y no detenemos parte de la economía del país- Asentí a sus palabras, dándome cuenta de lo condenadamente inteligente que es la rubia.

Bullets [Jinx] (Lightcannon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora