Bullets [Jinx] (Lightcannon)

Capítulo 12

     Un espacio infinito, o eso es lo que me parece, pues hay una niebla espesa de color gris casi blanco que me impide ver a mi alrededor más allá de, lo que calculo, son cinco metros, siete como mucho. Al mirar arriba, veo el cielo, pero es del mismo color que la niebla; no hay sol, ni nada que pueda identificar para saber la hora exacta del día. La temperatura es normal, no siento ni frío, ni calor, fácilmente podría compararlo con la temperatura ambiente de Piltover durante la primavera, lo que hace que sienta una pequeña sensación de hogar dentro de mi mente.

     Paso las manos por mis brazos para cerciorarme de que lo que estoy viviendo es real, frunciendo el ceño al notar una textura diferente en mis articulaciones.

     Me miro a mi misma. No estoy vestida con mi ropa de siempre, voy ligera, muy pero que muy ligera. Mi top negro ha desaparecido, cambiándolo por un sujetador bastante apretado. El del lado derecho, la cubierta es de color rosa con rallas moradas mientras que el lado izquierdo es de un cuero de color negro. Me sorprendo al ver un cinturón lleno de balas debajo de mi sujetador, ya que normalmente no suelo llevar munición encima porque no suelo desperdiciarla. Mis pantalones también han desaparecido, cambiándose por unos shorts del mismo color que la parte derecha del sujetador, cosa que deja mis piernas libres excepto por la media rosa en la pierna derecha, ya que en la izquierda tengo mi revólver pero de un aspecto diferente, pues puedo ver electricidad fluyendo en su interior. Por suerte mis botas están intactas, así que no me siento tan diferente...quién me iba a decir que unas botas tendrían tanta importancia ahora mismo.

-¿Hola?- Me animé a preguntar, mirando a todos lados, ahí me percaté de que mis trenzas no tenían los anillos de mi padre alrededor, estaban libres y perfectamente peinadas- ¡¿Hola, hay alguien?!- Grité esta vez, comenzando a caminar hacia lo que suponía que era delante.

Nada, nada y más nada era lo que estaba encontrando, da igual si cambio de dirección, siempre es lo mismo, incluso he probado a saltar potenciando mi cuerpo con el Shimmer, y adivinad, a parte de sentirme cansada (puede que usar la droga que por algo que no se me hace sentirme débil no sea la mejor idea) he encontrar la mega, super, duper, maravitupéndica, dildástica y trepidante...¡NADA!

-Nada, nada, Y MÁS NADA- Grité, harta, hasta que sentí como mis piernas fallaban.

     Caí al suelo mientras comenzaba a toser desenfrenadamente, incluso sentía mi garganta quejarse y quemar del ardor por la sequedad. Me puse la mano en la boca al sentir un líquido caer de ella. Miré mi mano, abriendo los ojos al ver sangre en ella, la cual tenía ligeros destellos violetas que iban y venían, producto del Shimmer en mi cuerpo.

     Sentí la queja de mis rodillas al levantarme, producto de que fueron las que pararon mi caída. Me tomé unos segundo de respirar para intentar encontrarme mejor, pues todo me estaba comenzando a dar vueltas y lo que menos quería era desmayarme en un lugar completamente desconocido.

     De un momento a otro sentí un ardor dentro de mi. Era algo que ya había sentido antes, estando con Lux, cosa que me hizo sonreír un poco. Miré hacia abajo, viendo como de mi pecho comenzaba a brillar una luz azul que se comenzó a expandir por todo mi cuerpo, desde mi pecho hacia mis extremidades y posteriormente, sentí como iba hacia mi cabeza. Pero lo que en un primer momento era un ardor agradable, se convirtió en un dolor que me hizo caerme al suelo casi de cara.

     Grité, grité como nunca lo había hecho, agarrándome el pecho donde mi corazón latía como loco. Era como si mil y una descargas eléctricas se dispararan hacia mi cuerpo una y otra vez sin clemencia.

-Relájate...- Escuché, sintiendo como algo cálido se colocaba en mi mejilla. Abrí los ojos para ver a una chica de ojos azules y de pelo rosa hasta la cintura con un peinado pomposo. Me miraba con dulzura mientras que su voz me transmitía paz- Los Brackerns están haciendo lo posible para mantenerte estable, pero tienes que poner de tu parte para que todo salga bien, ¿vale?- Su voz era como la calma en una tormenta, como el interior de un tornado en el que se dice que no pasa el tiempo.