Capítulo.9: Cita.

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Clara había empezado a notar algo extraño en su entorno. Cada vez que salía de la librería, sentía una presencia constante, como si ojos invisibles la siguieran a cada paso. No había pasado mucho tiempo desde su encuentro con Adrián, y la inquietante sensación de que estaba siendo vigilada comenzaba a calar en su mente. Se sentía atrapada en un juego del que no conocía las reglas, pero que sabía que estaba bajo el control de alguien más.

Mientras caminaba de regreso a su pequeño apartamento, observaba de reojo las esquinas y los automóviles que pasaban, buscando algo que confirmara su sospecha. Pero no encontraba nada evidente, solo esa persistente sensación de ser observada. Intentaba tranquilizarse, diciéndose a sí misma que estaba siendo paranoica. Sin embargo, la verdad era otra.

Por su parte ella intentaba continuar con su vida de manera normal. Una tarde, mientras organizaba unos libros en la librería, Samuel apareció. Su actitud era relajada y encantadora, como siempre. Le sonrió con ese toque de misterio que empezaba a resultarle intrigante.

-Clara, me preguntaba si te gustaría salir a tomar algo este fin de semana -dijo Samuel con naturalidad, pero con una intensidad en la mirada que no pasó desapercibida para ella.

Clara dudó por un momento. Aunque había algo en Samuel que la incomodaba, también era cierto que quería dejar de pensar en todo lo que estaba sucediendo a su alrededor. Una salida podría ser justo lo que necesitaba para despejar su mente.

-Está bien -respondió, sintiendo una mezcla de curiosidad y alivio-. Creo que una salida no me vendría mal.

Samuel sonrió, satisfecho con su respuesta, pero había algo en sus ojos que Clara no podía descifrar. ¿Era interés genuino o algo más? Mientras Samuel se despedía y salía de la librería, Clara no pudo evitar sentir una punzada de inquietud, como si hubiera dado un paso hacia algo que no podría controlar.

La cita con Samuel se acercaba, pero Clara no sabía que, desde ese momento, estaba en el centro de una tormenta. Cada movimiento que hacía era vigilado, cada decisión que tomaba era observada. Y en el fondo, un enfrentamiento inevitable se gestaba entre Adrián y Samuel, con Clara en medio de todo.

El sábado llegó con un cielo gris, reflejando el sentimiento de incertidumbre que había crecido en Clara desde que aceptó la cita con Samuel. Se había puesto un vestido sencillo, tratando de convencerse de que solo era una salida casual. Sin embargo, en el fondo de su mente, los ecos del mensaje que recibió la noche anterior resonaban con fuerza: "No confíes en él. Estás en peligro."

Se encontró con Samuel en un pequeño café, alejado del bullicio del centro del pueblo. Él ya estaba allí, sentado en una mesa junto a la ventana, sonriendo con esa misma actitud encantadora que comenzaba a resultarle inquietante. Clara tomó una respiración profunda y cruzó la calle, tratando de mantener la calma.

-Clara, me alegra que hayas venido -dijo Samuel poniéndose de pie para recibirla-. Estás preciosa.

-Gracias -respondió, sentándose frente a él con una sonrisa tensa-. Pensé que un café sería un buen plan.

El ambiente entre ellos era cordial, pero Clara no podía sacudirse la sensación de que había algo más detrás de los gestos amables de Samuel. Mientras charlaban sobre temas triviales, Clara notaba cómo Samuel la observaba con atención, como si estudiara cada uno de sus movimientos, cada expresión.

-Sabes, he estado pensando mucho en ti últimamente -dijo Samuel, inclinándose ligeramente hacia ella-. Es raro, no nos conocemos desde hace tanto, pero siento que... hay algo en ti, algo que me intriga.

Clara sintió un nudo en el estómago. Sus palabras sonaban halagadoras, pero había una intensidad detrás que la ponía nerviosa.

-No sé si soy tan interesante -respondió ella, tratando de desviar la conversación.

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