The Black Prophecy

capitulo 14

Hermione no podía imaginarse cómo la Mansión Malfoy vibraría de alegría y emoción. No era que la familia no hubiera sido cálida y acogedora con ella. Lo habían sido, y más. Pero la severa arquitectura de la casa gritaba dinero antiguo y tradición. Cada piedra estaba construida con la intención de intimidar y causar miedo a aquellos que tenían la menor sospecha de que podrían ser inferiores. La mañana del viaje anual de compras familiares para los regalos de Navidad, los cinco habitantes de la casa se levantaron temprano. Antes de que la bruja mayor se levantara de la cama para prepararse para el día y mientras Hermione todavía estaba acurrucada cómodamente a su lado, susurró:

-¿Estás despierta, amor?

—Mmm. ¿Por qué?

“Deberíamos levantarnos pronto. A mi hermana le gusta levantarse temprano. Y como este es el primer año en 15 que estoy aquí, espero que se comporte insoportablemente. Si me encuentra saliendo de tu habitación, se burlarán de nosotros sin piedad”.

Los ojos de Hermione se abrieron de golpe y se incorporó a medias para hacer contacto visual. Al ver el rostro de la joven delineado por la confusión y el miedo, habló rápidamente para aclarar las cosas.

“Narcissa nunca me ha visto tan… enamorada. Quiere desesperadamente que estemos unidos. En parte, creo que solo quiere una excusa para lanzar una pelota en medio de una guerra. Pero sí desea que seamos felices”.

Hermione no podía pensar en nada que decir que no la dejara sintiéndose dolorosamente vulnerable. Impulsivamente, rodó sobre Bella, a horcajadas sobre su cintura. Se detuvo por un momento, contemplando el hermoso rostro que la cautivaba tanto. Inclinándose, permitió que la longitud de su torso se fundiera con la bruja debajo de ella y le dio un beso lento e intenso que terminó con ella mordiendo suavemente el labio inferior de Bella mientras se apartaba. Tomando una respiración tranquila, enterró su rostro en el cuello blanco cremoso besando el tatuaje del número 93.

No había forma de negar el intenso apego que Hermione sentía hacia Bellatrix. Nada de eso era normal. Apenas podía contener su magia mientras intentaba alcanzar y envolver a la bruja oscura. Con cada día que pasaba, confiaba más en la mortífaga, lo que comenzaba a hacer que el deseo físico de estar con ella fuera imposible de ignorar.

Dormir en la misma cama era cómodo y seguro, pero la mayoría de las mañanas Hermione se despertaba entrelazada en suaves extremidades que apenas podían controlar su abrumadora lujuria. Sabía que no era la única afectada. En varias ocasiones, cuando Bellatrix se subía a la cama, Hermione veía las pupilas dilatadas mientras luchaba por respetar los límites de la joven bruja. Hermione deseaba tantas cosas en esos momentos.

Nunca pensó que ansiaría ver y sentir la piel como lo hacía por la bruja mayor. Los destellos que había robado no serían suficientes para durarle la semana, necesitaba a Bella. Presionando sus labios contra el lóbulo de la oreja más cercano a ella, susurró:

“Parece que tu hermana y yo tenemos otra cosa en común. Yo también la quiero. Pero hay algunas cosas que necesito con más urgencia”.

Bellatrix gimió, sabiendo exactamente lo que Hermione estaba insinuando. Las palabras hicieron que su autocontrol flaqueara. La bruja oscura nunca intentaba esperar a que se desarrollara un afecto verdadero antes de seducir a cualquier criatura encantadora que llamara su atención. Ciertamente nunca había esperado casi dos meses después de identificar lo que quería. Sin previo aviso, les dio la vuelta a ambos, capturando las muñecas de Hermione y sujetándola firmemente a la cama. La chica gimió y se retorció ligeramente en respuesta.

—Sabes, Hermione, eso te hará mía. No solo hoy, sino para siempre. Nunca te dejaré ir.

La joven bruja asintió con la cabeza para demostrar que comprendía y trató de incorporarse para capturar los tentadores labios rojos, pero la firmeza de sus muñecas se lo impidió. Observó con atención cómo Bella bajaba la boca y la besaba a lo largo de la mandíbula y el cuello, mordisqueando suavemente la delicada piel.