Alina intuyó que algo había sucedido en cuanto dejó de recibir notificaciones en su reloj inteligente.
―¿Cómo lograste organizar este evento en tan poco tiempo? ―Sabine, a su derecha, le preguntó―. No he visto un torneo de tenis tan concurrido.
―Ni tantos miembros de la socialité reunidos en el mismo lugar al aire libre ―añadió Rainier, levemente inclinado hacia adelante para obsequiarle una irritante sonrisa de complacencia. Sabine apoyó la espalda en el respaldo, lo que les dio a los hermanos mayor visibilidad―. Felicitaciones, hermanita.
―No he encontrado la solución a un problema mundial. ―Puso los ojos en blanco―. Solo es un torneo. Me doy por bien servida conque se haya podido realizar. Dejaste un desastre en la fundación.
―Estaba ocupado con otras cosas.
―¿Qué puede ser más importante que cumplir con tu responsabilidad como príncipe heredero?
―Ver a mi hermana resplandecer como la piedra preciosa que es.
―No vas a distraerme con halagos de esa calaña. ―Alina le retiró su atención y observó la corta y comedida celebración. Necesitó mirar la pantalla para saber que Liam había ganado...lo que fuera que hubiese ganado―. Dime que al menos entiendes la importancia de la fundación.
―Por supuesto. ―Rainier la miró por detrás de la cabeza de Sabine, quien bufó antes de echarse hacia adelante. Alina, sin embargo, prefirió no devolverle la mirada―. Es la base del servicio social que conglomera las asociaciones caritativas que atendemos.
―La base del servicio social, como le llamas, está en el servicio mismo. ―Tragó saliva, sorprendida de lo seca que sentía su garganta―. La fundación es un medio para un fin y la dejaste a la deriva por una pelea estúpida con nuestro padre, permitiendo que el pueblo pague por las consecuencias. ¿Sabes hacia qué organización está destinada la recaudación de hoy?
―¿Tienes una idea de cuántas organizaciones están bajo la fundación?
―Sí ―lo empaló con la mirada―. En once días, he aprendido más de la fundación de lo que lo has hecho tú en siete años. ―Puso los ojos en blanco, devolvió la mirada a la cancha y sacudió la cabeza―. Es evidente que la fundación está en mejores manos conmigo.
La suave carcajada de Rainier le arrancó un largo suspiro a Sabine.
―Detesto estar en medio de una pelea de hermanos.
―No estamos peleando ―dijo Alina con una marcada irritación en su voz―. Establezco un argumento válido que Rainier no puede refutar.
―Y yo disfruto de su fuego. Su mirada suelta chispas cuando se enfurece.
―Te odio.
―Te quiero, hermanita.
Alina se distrajo con una inusual interacción en la cancha. Liam, en lugar de celebrar su victoria ―cualquiera que esta fuera―, optó por mirar hacia el costado opuesto a ella, directamente a un lugar específico de las gradas.
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Choque de coronas (Serie Herederos 4)
RomanceTras dos años de una abrupta separación, Caleb, el hijo menor del monarca de Reino Unido, ha decidido retomar las riendas de su vida y cumplir con el peligroso ultimátum de su editora: si no le entrega material nuevo, serias repercusiones tocarán a...