Christopher Morgan:
Cierro los ojos dejándome llevar por el placer del momento. Ella aparece con sus ojos azules mirándome con deseo.
«Me gusta demasiado»
Los labios, los ojos, ella y esa forma de prenderse de una forma tan sexy.
Se me endurece la... Con su recuerdo mientras acaricio la cabeza de la rubia que tengo entre las piernas.
-Lo hago bien?- pregunta arrastrando la lengua por mi miembro.
No contesto, le tomo la cabeza encajándome en su boca. Exhaló al sentir como succiona tensando el agarre de mis manos en su cabello cuando menea la cabeza de arriba abajo. El placer me atraviesa y...
«Necesito y quiero a Sophia»
Le tomo los hombros advirtiéndole que se aleje. No sé mueve, no creo aguantar más, por lo tanto, la aparto a las malas.
-Es un placer servirle coronel- sonríe.
-Fue bueno- me acomodo el pantalón.
-Cuente con ello todos los días en cuanto vuelva de New York.
-Es bueno saberlo...
Achina los ojos.
«Mierda olvide su nombre»
Bajo la mirada a la placa de metal que está sobre la mesa.
"Capitán: Sheila Stone"
-Sheila.
Vuelve a sonreír.
-Puedo darle mi número y usted puede darme el suyo... Ya sabe, para mantenernos en contacto.
«Ya empezó»
-No es necesario, no pienso llamarte ni tampoco quiero que tú lo hagas.
-Pensé que podríamos...- me mira con rabia- llegar a tener algo más.
«No eres Sophia, asi que no me interesa»
-Que me prestes tus servicios no quiere decir que tendremos una cita ni nada de eso- me acomodo la ropa encaminandome a la salida- espero un buen desempeño en New York.
Intenta decir algo pero no la dejo, simplemente cierro la puerta largandome a trabajar.
Laurens se levanta cuando me ve, el movimiento repentino arroja la silla al suelo causando un estruendo en el piso.
-Buenos días, señor.
-Quiero un café americano, grande y sin azúcar- le ordenó antes de meterme a la oficina.
Los rayos de sol se asoman en el vidrio secando las gotas de agua que empapan el ventanal.
Afuera, la tropa de Parker trota en el campo húmedo con Sophia y el imbécil de su ex a la cabeza. Detienen la práctica en el centro de la cancha. No escucho lo que dicen pero puedo ver los gestos de Sophia al hablar.
Estallan en aplausos, algunos chocan los puños en el aire, otros son un poco atrevidos y se acercan a abrazarla. Entre esos, el imbécil de su ex, he oído que al pedazo de mierda le encanta molestar y perseguirla por la central.
«Se está ganando una sanción»
También está uno de los soldados de Brasil, que no recuerdo su nombre, pero lo he oído fanfarronear en la cafetería sobre lo bien que ella lo trata.
Ella le pega con el puño cerrado en el hombro, entre tanto el le pasa el brazo por los hombros.
«Se nota incómoda»