The Golden Dragón.

Capitulo 4.

Aegon II Targeryen.

Su día fue un completo asco una aberración, tuvo que soportar las burlas de sus hermanos menores, solo recordar la burlona vos de Aemond le hace sentir estresado. Habían logrado ver las marcas que había dejado su tío en su cuello, y la mejor excusa que puso fue "Los mosquitos están muy fuertes allí afuera..." Y EL BASTARDO SE ATREVIÓ A RESPONDERLE. "¿un mosquito hermano? Parece que un dragón te succiono el alma, y Sunfyre no fue." Un ligero tic salió en su ojo de solo recordar las palabras de sus hermanos. Bufo molesto y se encaminó a los aposentos de su madre, al parecer había amanecido enferma lo cual lo hizo sentir algo de preocupación.

—Que le abra sucedido..— Suspiro y solo se limitó a seguir caminando. En el camino se topó a sus sobrinos los cuales lo vieron con un sutil brillo en sus ojos. —

—Tío... buenas tardes.— Hablo primero Lucerys el cual ahora se veía algo diferente, ya no eran los mismos niños. De hace años.—

—Luke, hola.— Hablo algo incómodo, llevó ambas manos para atrás de su espalda apretándolas un poco.

—¿Se dirige donde la reina?—

—Así es Jacaerys , nos vemos en la cena, sobrinos.— Les sonrió levemente para empezar a caminar algo rápido, todavía se sentía algo mal al ver sus rostros, la muerte de Luke, la de jace.. movió su cabeza tratando de quitar esos pensamientos.

Al llegar a la puerta del aposento de su madre tocó dos veces antes de entrar, al abrir la puerta lo primero que vio fue a un maestre dándole alguna medicina a su madre, a cole en una esquina cuidándola, y su madre como si estuviera muerta, su cabello estaba algo feo, su piel pálida y varias ojeras adornaban debajo de sus hermosos ojos. Carraspeo llamando la atención de los presentes, criston y el maestre hicieron una reverencia al verlo.

—Mi príncipe.— Hablaron ambos, Aegon los ignoro y se acercó a su madre la cual tenía una sonrisa débil en sus labios.

Negó y tomó con delicadeza el rostro de i madre y dejo un beso en su frente de forma cariñosa. Con cuidado la ayudo a recostarte en la cama, llevó su mano a su frente checando la temperatura ajena.

—Debes dormir madre, no hagas esfuerzo.— La reina verde solo soltó una suave risa y acarició los nudillos de su hijo.—

—Estoy bien aegon, solo es algo pasajero...— Sonrió dulcemente y tuvo que hacer su rostro a otro lado para poder toser varias veces.

Apretó sus labios y acarició la espalda de su madre, algo dentro de su corazón dolía al ver a su madre de esa manera. Miro de reojo al maestre y frunció levemente el ceño, algo no le estaban diciendo, esperaría un poco nada más.

—Criston, la entrada queda prohibida para cualquier persona, menos de la familia real y el maestre, le pido que solo usted custodie la puerta de mi madre, lo que ella ocupe o algo sólo usted. Si sucede algo búsqueme a mi, o Aemond, o a su majestad. ¿Quedó claro?— Arrugó su nariz y arqueó su ceja con ambos brazos cruzados esperando respuesta del guaria jurídico de su madre.—

—¡Si mi príncipe!—

Asintió y volvió con su madre y besó su mejilla para despedirse, era hora del almuerzo y no podía faltar por órdenes del rey. Miro a su madre y apretó un poco su pálida mano.

—No te levantes hoy madre, yo hablaré con papá tú descansa y recupérate bien.—

—Mi dulce dragón... está bien, cuídate mi pequeño.—

Sonrío y se despidió de su padre para casi salir huyendo al salón donde se hará el almuerzo "familiar" Jodida mierda, solo esperaba no llegar muy tarde. Suspiro y bufo cuando avisaron su llegada, odiaba eso más cuando todas las miradas se posaban en el.