Fortaleza roja.
Había pasado un año entero desde que la reina Alicent murió a manos de unos bandidos enviados por su propio padre. Buscaron muchos días a esas personas que le quitaron la vida a la reina verde, aquellos fueron asesinados bajo la espada del segundo hijo de rey, Aemond Targaryen. Unos meses después de la muerte de la reina para ser exactos unos 7 meses, Otto Hightower Fue asesinado por el príncipe Aegon II que pidió ser el, el que le arrebatara la vida al hombre que le quitó a su amada madre, y por supuesto que el rey no se lo negó, alguno todavía se quede pasmados por la fría y penetrante mirada que portaba el lindo omega de la casa Targaryen.
Cada día los príncipes crecían más, y más. El príncipe Dareon se volvió alguien bueno con la espalda al igual que su otra hija, mientras que su visenya todavía necesitaba de él. Sus hijos seguían siendo muy dependientes emocionalmente de su padre. La muerte de su madre seguía en su conciencia, jamás podrá olvidar esa noche, la cual apodaron "La noche de la sangre verde" una maldición para su familia, la más afectada de todo fue su dulce heleana qué sufrió más la muerte de la antigua reina.
—Padre estoy lista.— Su vista se puso en su hija de tan solo 13 años, ante sus ojos seguía siendo una dulce niña, pero ante los ojos de las demás personas ya era una mujer que debía ser desposada. Se quedó unos segundos sin aliento al ver la ropa que su hija portaba, un vestido verde, largo y con algunos toques de dorado y un poco de negro a sus costados, sus labios se apretaron ligeramente, se parecía a su madre con esos vestidos, desde que murió Alyysa había cambiado mucho, eran similares. Empezó a vestir de verde pero sin dejar el rojo y negro. Sus vestuarios ahora eran verdes claros, oscuros, de todos los que hallan. Sonrío levemente y se acercó a ella tomando su rostro y dejando un beso sobre su frente. — Te vez hermosa cariño.— Murmuro el vos baja.
—¿No te molesta el vestuario? No quiero molestar al abuelo..— Alyysa se acercó a su espejo y tomó unas joyas verdes que había sobre la mesa, con cuidado colocó cada accesorio, el único collar que se dejó fue el que Jacaerys le regaló cuando se comprometieron. —
—Para nada, él amará ver como siguen recordando a mi madre.—
La puerta de abrió dejando ver a Rhaenyra y Deamon, La princesa heredera abrió ligeramente sus ojos al ver como se veía la pequeña princesa. Una sutil sonrisa se puso en sus perfectos labios y se acercó dejando una caricia en su mejilla.
—Te vez hermosa, Aly.— Hablo con sinceridad.
—Gracias nyra, pero creo que ya vamos tarde... el abuelo odia la impuntualidad.—
—Lo sé, Aegon y yo nos iremos primero, Deamon irá contigo.— Asintió y se despidió de su padre que la veía con una sonrisa.—
—Que horrible vestido, pareces de 30.— Rodó sus ojos al oírlo y solo dio un pequeño golpe en su hombro.— Es broma, te ves bien, princess. —
—Lo sé, yo me veo bien con todo... pfff, vamos, Padre.— El Targaryen sonrió con burla al oírla llamarlo de esa forma tan sarcástica, tomó su brazo y lo enrollo con el suyo para caminar hasta la sala de banquete y de baile. Hace unos días fue la coronación de Rhaenyra, ya no era princesa, ahora era llamada Reina.—
—Estoy nervioso, no he visto a Jacaerys desde hace un año... y lo veré hoy.— Se apego más al mayor el
Cual la veía con burla.——Dioses, que hice para merecer esto, pero tranquila, él mocoso debe de estar también emocionado por verte, ahora sonríe y sigue siendo bonita, ya sabes, mimada.— Estuvo por hablar cuando las puertas se abrieron dando su entrada y llegada.—
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The Golden Dragón.
FantasyAegon Targaryen II muere por envenenamiento , los dioses le dan una segunda oportunidad para hacer las cosas bien. ¿Hará las cosas bien esta vez? La respuesta es si. No cometerá errores, protegerá a su familia y a la corona que le pertenece a su her...