The Golden Dragón.

II Calles del placer

La mañana siguiente fue como una patada en las bolas, se la pasó estresado las pesadillas no lo dejaban dormir. Su pequeña seguía en su mente. Detestaba recordar esos días que mierda. Donde la perdió a ella y a su hijo. Quería borrar todo rastro de estrés y cansancio de ellos, trataba de despejar su mente al estar con sus hermanos. No quería tomarse con su hermana y sobrinos. Ninguno de ellos no podría ni verlos a la cara sin recordar que fue el; el cual los mato en su vida pasada.

La tarde cayó y se dispuso a caminar por el jardín, el frió viento chocaba contra su rostro su platinado cabello se movía al compás del viento, un ligero suspiro salió de sus labios al alzar su vista sus ojos chocaron con dos pares de ojos Violetas los cuales le miraban fijamente. "Lo que me faltaba, Rhaenyra y Daemon. Joder."

—Aegon.— La mujer sonrío ligeramente algo incomoda, no tenía buena relación con su hermano menor.

—Hermana.— Aegon se removió algo incómodo, no quería toparse con ninguno. No se suponía que su tío vendría hasta dentro de unos días? Algo raro pasaba y no le estaba gustando. Le ponía nervioso; la mirada de Deamon le recorrió por completo como si estuviera buscando algo.

—Has crecido mucho, muchacho.— Hablo por fin Deamon, las miradas ahora estaba en el alfa mayor.

—Gracias tío.. un poco todavía no llego a mi completa adultez.— Se acercó un poco ah ambos alfas con una ligera tensión.

—Aún así mi hermano ha crecido como un lindo omega, ¿no tío Deamon?—Hablo su hermana con un toque de ironía y sarcasmo. ¿Se estaba burlando de su desgracia? Si era así problema se iría de ahí.

Araño ligera su dedo típico de su ansiedad, eso no pasó por ambas personas que prefirieron no decir nada para no poner más tensión e incomodidad en la atmósfera. Algo tomó aire e hizo una ligera reverencia con la cabeza. Debía ir a ver a Dareon o Heleana, a cualquiera de los tres, se sentía nervioso. Sus mejillas se calentaron un poco, y en su frente se empezó ha a ver pequeñas gotas de sudor.

¿Acaso es su día fértil? Imposible.. eso no podía pasar, su celo fue hace 3 meses no podía llegar ahora menos frente a esos alfas, las feromonas de vino suave inundó las fosas nasales de ambos alfas los cuales se acercaron a revisarlo.

—NO SE ACERQUEN A MÍ.— Jadeo con susto jamás había utilizado su vos de fuerza, Deamon y Rhaenyra le miraron sorprendidos y con un dije de preocupación.

Aegon no soporto y salió corriendo del jardín ignorando los gritos preocupados de su hermana y tío.  Necesitaba buscar un maestre, o mejor irse de ahí. El aire empezaba a faltarle, su mirada se nublo un poco no supo el qué momento llegó al pozo donde habitaban los dragones, su cuerpo estaba algo tembloroso. Se adentró a la cueva de su dragona y con algo de temblor en sus vos la llamo.

—¡Sunfyre!— El rugido de la dragona lo hizo sentir paz, Hocico de la dragona lo empujó un poco mientras soltaba pequeños rugidos contenta. A cómo pudo puso la silla de montar sobre ella y al terminar, subió en su dragona.

—¡Sōvēs, Sufyre!— La dragona atacó la orden aleteando con fuerza y tomando impulso esta salir de allí.

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Todo en el castillo era un campo de guerra, la reina Alicent gritaba furiosa que alguien buscara a su dulce Niño, estaba en celo no podía salir en esa condición. El rey por otro lado estaba tranquilo algo raro en el, su mirada fue a su heredera y a su hermano.

—¿Fueron ustedes no? Que hicieron ambos.— La sala de trono quedó en completo silencio cuando la mirada del rey se fue al príncipe y ala heredera, Alicent explotó en ira.