Capítulo 1: La Invitación Inesperada

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Penélope Featherington nunca había esperado una invitación como aquella. Las invitaciones a los eventos más codiciados de la temporada solían pasar de largo por su puerta, especialmente si provenían de alguien como Anthony Bridgerton. Y sin embargo, ahí estaba: un sobre de bordes dorados y con el sello de los Bridgerton en el centro. Cuando lo vio sobre la mesa del salón, al principio pensó que debía ser un error. Quizás alguien más había dejado caer su invitación por accidente. Pero cuando leyó su nombre claramente inscrito en la caligrafía fina, supo que no había sido un error.
Por supuesto, el hecho de recibir una invitación de los Bridgerton no significaba que la alta sociedad de Londres finalmente la había aceptado. Penélope era muy consciente de su lugar: la hija menor de una familia conocida por su extravagancia y mal gusto. Las miradas de desdén hacia sus vestidos de colores chillones y las sonrisas condescendientes le recordaban su posición en el mundo. Y sin embargo, el corazón de Penélope no pudo evitar saltar al darse cuenta de que Anthony Bridgerton había pensado en ella.
A lo largo de los años, Penélope había aprendido a leer los gestos más sutiles en la alta sociedad, y sabía que las invitaciones a las fiestas no siempre eran lo que parecían. Pero este evento en particular era especial. Los Bridgerton organizaban un baile en su residencia de Aubrey Hall, una noche que marcaría el inicio de la temporada social. Las familias más prestigiosas de Londres estarían allí, incluyendo, por supuesto, a Colin Bridgerton, el hombre que había capturado el corazón de Penélope durante tanto tiempo.
Pero Colin no era la única razón para la emoción que sentía. Anthony Bridgerton, el inquebrantable cabeza de familia y lord Bridgerton, siempre había sido una figura intrigante. Su presencia imponente, la responsabilidad que cargaba sobre sus hombros y su carácter protector con sus hermanos le conferían una mezcla de seriedad y encanto que no pasaba desapercibida. Y, a pesar de sus diferencias, Penélope había notado en más de una ocasión cómo los ojos de Anthony la observaban desde el otro lado del salón, como si intentara descifrar sus secretos.
Aquella invitación parecía sugerir algo más que un simple gesto de cortesía. ¿Podría Anthony haberla enviado personalmente? ¿Qué lo habría llevado a pensar en ella?
Penélope pasó el día repasando estos pensamientos mientras observaba cómo las modistas ajustaban su vestido nuevo, un atuendo que había encargado especialmente para el baile. Era de un suave tono marfil, con delicadas perlas bordadas a lo largo del escote y las mangas. Una elección sutil, discreta, pero con un toque de elegancia que esperaba la destacara entre la multitud, aunque fuera por una noche.
Mientras las modistas trabajaban, su madre, Portia Featherington, entró al cuarto con una expresión de orgullo evidente. “Mi querida niña, ¿quién habría imaginado que recibirías una invitación de los Bridgerton?”, exclamó con ese tono altisonante que siempre usaba para disimular su sorpresa. “Es una oportunidad maravillosa. ¡Tienes que aprovecharla al máximo!”
“Lo sé, madre”, respondió Penélope suavemente, aunque por dentro sentía un nudo de ansiedad. No era solo la expectativa de la fiesta lo que la hacía dudar, sino la incógnita de por qué Anthony había decidido invitarla. ¿Había algo más detrás de aquella cortesía?
Cuando llegó el día del baile, Penélope se encontró frente al espejo, observando su reflejo con una mezcla de nervios y anticipación. Su vestido caía con elegancia, su cabello estaba recogido en un peinado sencillo pero favorecedor, y había optado por un maquillaje discreto que realzaba sus rasgos sin llamar demasiado la atención. Sus ojos, sin embargo, eran lo que más destacaban; brillaban con una esperanza que apenas se atrevía a reconocer.
Un carruaje la esperaba en la entrada. Cuando finalmente llegó a Aubrey Hall, el imponente edificio la recibió con sus luces brillando en la oscuridad. Penélope respiró hondo antes de bajar del carruaje. La noche apenas comenzaba, pero algo en el aire le decía que no sería una velada común y corriente.
Mientras cruzaba la entrada principal, fue recibida por los criados con cortesía, y al adentrarse en el gran salón de baile, lo vio. Anthony Bridgerton, con su impecable chaqueta negra, estaba en el centro de la sala, hablando con algunos invitados. Sus ojos se encontraron brevemente, y Penélope sintió un ligero escalofrío recorrerle la espalda. Anthony la había visto, y aunque su expresión era tan reservada como siempre, había una chispa en su mirada que parecía contener más de lo que las palabras podían decir.
Penélope sonrió tímidamente, sin saber aún lo que aquella noche le depararía, pero con la certeza de que algo en su vida estaba a punto de cambiar.

"Amor y Escándalo: Penelope Featherington y Anthony Bridgerton"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora