Capítulo 14

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La Cabaña


La penumbra del bosque se volvió densa mientras Naomi, Tae-Jun y Kaito se adentraban en el sendero, el suelo cubierto de hojas secas crujía bajo sus pies. Las sombras de los árboles se alargaban, y el murmullo de la naturaleza era la única compañía que tenían. Cada paso era una mezcla de nerviosismo y determinación, la tensión palpable en el aire.

—¿Cuánto falta para llegar? —preguntó Kaito, tratando de mantener el ánimo, aunque su voz sonaba cansada.

—No mucho —respondió Tae-Jun, guiando con cuidado—. La cabaña está justo más adelante, en un claro.

Naomi miró a su alrededor, sintiendo cómo el silencio del bosque se volvía ensordecedor. Aunque el peligro inmediato parecía haber quedado atrás, el peso de lo que había sucedido aún pesaba sobre sus hombros.

Al fin, después de lo que pareció una eternidad, llegaron a un pequeño claro donde se erguía la cabaña. Estaba cubierta de hiedra y parecía casi parte del paisaje.

—Aquí está —dijo Tae-Jun, aliviado—. Vamos a ver si está en condiciones.

Entraron con cautela, y la luz del atardecer iluminó el interior. Las paredes de madera estaban desgastadas, pero la cabaña tenía un aire acogedor. Sin embargo, el ambiente era tenso.

—¿Hay algo que podamos usar? —preguntó Naomi, buscando en los estantes cubiertos de polvo.

—Quizás encontremos comida o medicinas —dijo Kaito, mientras se sentaba en una silla, tratando de recuperarse.

Tae-Jun comenzó a revisar los cajones, sacando herramientas y objetos olvidados.

—Esto puede ser útil —dijo, sosteniendo un cuchillo de caza—. Y aquí hay algunas latas de comida. No son mucho, pero nos ayudarán.

Naomi se unió a él, revisando los rincones en busca de algo más. En una esquina, encontró un viejo botiquín de primeros auxilios.

—¡Mira! —exclamó, sacándolo y abriéndolo—. Está un poco desordenado, pero creo que hay cosas útiles aquí.

Kaito se acercó, su rostro mostrando gratitud.

—Gracias, Naomi. Esto me ayudará mucho.

—No puedo dejar que te desmayes aquí —respondió ella, sonriendo, aunque la preocupación seguía en su mente.

Mientras Tae-Jun y Kaito comenzaron a organizar lo que habían encontrado, Naomi se detuvo un momento y miró por la ventana. Las sombras del bosque se alargaban, y la oscuridad comenzaba a envolver la cabaña.

—¿Qué haremos cuando oscurezca? —preguntó, sintiendo una punzada de ansiedad.

—Debemos prepararnos —dijo Tae-Jun—. Tal vez deberíamos establecer un plan por si alguien viene.

Kaito se enderezó, aunque aún le costaba un poco.

—Tae-Jun tiene razón. Necesitamos vigilar la entrada. No podemos permitir que nos sorprendan de nuevo.

Naomi asintió, su determinación renovándose.

—Me quedaré en la ventana, observando el camino —dijo—. Ustedes deben descansar.

—No te dejaré sola —respondió Tae-Jun, aunque sabía que ella quería ayudar.

Kaito, aún lidiando con su dolor, habló con seriedad.

—Ambos deberíamos turnarnos. No sabemos cuánto tiempo estaremos aquí.

Finalmente, acordaron que cada uno tendría su turno. Tae-Jun y Kaito se acomodaron en el suelo, mientras Naomi tomó su posición junto a la ventana.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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