epilogo

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Diana.

Cuando fui maldecida me sentí tan miserable que no entendía el porque a mí, al pasar el tiempo solo me resigne a ser un simple gato vagando por un mundo cruel, pero entonces su luz acabo con mi oscuridad. Kara me hizo ver el mundo diferente, me enamoré de ella como nunca imaginé y el dolor de saber que jamás podría tenerla se metió en mi corazón como una daga que era enterrada lentamente. si alguien me hubiera dicho años atrás que iba a estar con ella y con una hija me hubiera muerto de risa porque era imposible, pero aquí estaba viendo a mi pequeña jugar con Kara, ver sus sonrisas era lo mejor. Aún recuerdo cuando supe que estaba embarazada, recuerdo hacerme como diez pruebas de embarazo y aún así me negaba a creerlo y no es que no quisiera tener un hijo con Kara solo que creí que no era el momento, pues mi carrera había despegado y mi nombre estaba sonando por el mundo y estaba siendo reconocida como la mejor arqueóloga, pero mi hermana me hizo ver qué eso no era tan importante como el amor de las personas que estaba conmigo, así que cuando se lo dije a Kara dio el grito al cielo dándome mil vueltas de la alegría, ver su rostro tan feliz hizo que mi corazón se enamorara mas de ella. En todo el embarazo Kara fue muy atenta conmigo a pesar que mi humor cambiaba drásticamente, así como podía estar feliz en un segundo estaba molesta o llorando y aún así ella siempre estuvo a mi lado con su hermosa sonrisa y dándome amor. Cuando fue el momento de que nuestra pequeña naciera el dolor fue terrible y eso hizo que me desquitara con mi hermosa rubia pero ella como siempre fue linda a pesar que casi le rompo la mano. Tener en mis brazos a mi hija fue la mejor sensación, me lleno de un nuevo amor tan inmenso, tanto o más de lo que siento por mi rubia, pero lo que más me cautivo fueron sus ojitos, un color zafiro como los de kara o incluso más intenso. Los primeros días fueron un desastre, ambas éramos primerizas no sabíamos cómo cuidar a nuestra pequeña, cada vez que lloraba nos angustiamos pensando que algo malo tenía o batallamos en cambiarle el pañal, Kara siempre salía embarrada algo que me causaba gracia, por suerte mi hermana y sus hermanos nunca nos dejaron solas y las cuñadas de Kara nos ayudaron y dieron consejos sobre bebés y creo que lo hicimos bien, puede escuchar sus primeras palabras y oír sus lindas risas, puede verla dar sus primeros pasos y que Kara entra en pánico pues temía que se lastimara, todos esos bellos recuerdos no los cambiaría por nada, soy interrumpida de mis pensamientos por un bultito.

- mami ven a jugar - agarra mis mejillas juguetona. - mamá Kara es un desastre para hacer burbujas - sonreí negando.

- ¿por qué mejor no vamos por un helado? - veo como brillan sus ojitos

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- ¿por qué mejor no vamos por un helado? - veo como brillan sus ojitos.

- ¡SIII....! - dice emocionada.

- pues ve por mamá - corre en dirección a Kara quien seguía intentando que salieran burbujas.

La tres caminábamos con tranquilidad por el parque disfrutando de nuestros helados, amaba estos momentos en familia. De repente mi hija se para abruptamente haciendo que sus ojos brillen de emoción.

- ¡mira mamá condones! - grita mi pequeña haciendo que la gente que pasará por ahí se nos quedará viendo pero eso no acabo ahí - mamá, ¿me compras un condón? - Kara estaba demasiado roja pues todo mundo se nos quedaba viendo, pero yo no tenía pena al contrario estaba disfrutando ver a mi mujer pasar la vergüenza de su vida.

Amor zafiro [Superwoman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora