Teeth | Banginho

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Me fascinaban varios tipos de dientes: cuanto más limpios y afilados, mejor. A menudo los comparaba también, intrigado por cómo los caninos e incisivos de los animales y los humanos podían ser tan diferentes y, al mismo tiempo, tan similares.

Estaba en clase, en la clase de ciencias. Varios de los estudiantes estaban hablando o riéndose entre ellos, sin siquiera prestarle atención a la profesora.

Pero yo, por otro lado, estaba enamorado. La señora Choi, la maestra, estaba hablando de los dientes.

Tenía mi lápiz 3B favorito en la mano, mi cuaderno de dibujo abierto en una nueva página mientras imaginaba cómo lucirían los mejores dientes.

Tenía que ser uno que te gustara, madre.

Incisivos y caninos que fueran afilados, pero no demasiado, y pudieran desgarrar la comida sin problemas. Un conjunto de molares que hicieran que masticar fuera fácil y divertido.

Pasé mi lengua sobre mis dientes frontales, pensando una y otra vez.

Entonces alguien agarró mi lápiz y me sobresalté, provocando que accidentalmente me mordiera el interior de la mejilla.

"Son un poco demasiado afiladas", pensé. Y me enojé porque ahora mi boca estaba sangrando.

Miré hacia arriba y vi a Han Jisung, uno de los que hacían ruido en clase, con sus otros tres amigos.

—Lo siento—, dijo, luciendo apenas apenado. Sus palabras me molestaron y sus dientes desordenados me irritaron aún más.

Le pedí mi lápiz pero no me escuchó.

Así que esperé hasta que terminara la clase, antes de golpearlo en los dientes en el pasillo.

El ruido que hizo me satisfizo, y aunque me metí en problemas por ello, espero que a ti también te haya satisfecho, mamá.

– Lee Minho, 13 años.