Te encantaban los dientes limpios y rectos. Siempre fue así.
Me aseguré de no faltar nunca a una cita con el dentista y de que nunca nos quedáramos sin pasta de dientes ni cepillos de dientes en casa.
—Minho, tener buenos dientes es atractivo—, siempre me decías mientras acariciabas mi cabello por las noches. En lugar de contarme cuentos de hadas para dormir, me contabas historias tristes y lo que le pasaría a la gente que no cuidaba sus dientes.
—Nadie te amará si tienes dientes feos. Por eso debes cuidar tus dientes—, dijiste. —Si tus dientes están horribles, la gente se alejará de ti y no tendrás amigos. ¿No quieres hacer amigos?
Por supuesto que quería hacer amigos. Cuando era niño, eso era lo más importante para mí. No quería que la gente se alejara de mí. Así que asentí, porque no quería hacerte enojar.
Siempre dabas miedo cuando estabas enojada.
El problema era que no tenías los mejores dientes: estaban torcidos y oscurecidos por los años de fumar.
Siempre me dijiste que no querías que mis dientes fueran como los tuyos, porque eso hubiera sido tu mayor fracaso. No quería decepcionarte también.
Comencé a enorgullecerme de mis dientes porque estaban rectos y blancos y no tenían una sola imperfección.
Comencé a fijarme también en los dientes de otras personas. Comencé a envidiar a aquellos que tenían dientes bonitos, porque los quería .
Quería tener los mejores dientes.
Ya estaba fascinado con ellos.
Pero luego enfermaste y me dijiste que tu mayor deseo era que siguiera teniendo dientes bonitos, porque eso te haría sentir orgullosa.
Quería hacerte sentir orgullosa.
Y ahora, mientras miro tu ataúd abierto, tu rostro inexpresivo y carente de problemas, decidí que te haría una promesa.
Voy a tener los dientes perfectos, para que estés orgullosa de mí, madre.
– Lee Minho, 12 años.

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Teeth | Banginho
FanfictionA Lee Minho le gustan los dientes... Traducción autorizada, créditos correspondientes a NOVAHWA