Teeth | Banginho

teeth | 16

Chan
Mensaje de Texto

¿Estás libre esta noche, Min?

  

Me froté los ojos y me senté en la cama, recordando nuevamente las palabras de Felix en mi cabeza.

Pero entonces la sonrisa de Chan apareció en mi mente, y la vista de sus dientes era demasiado tentadora.

  

Chan
Mensaje de Texto

¡Seguro! 🥰

    

A estas alturas, ya conocía de memoria la casa de Chan, especialmente la entrada secreta a través de la ventana en la parte trasera de la casa, así que entrar al dormitorio de Chan no fue una molestia en absoluto.

Tan pronto como entré de lleno por la ventana, los brazos de Chan envolvieron mi cuerpo y dejé que mi cabeza descansara contra su pecho.

—Estoy tan feliz de que hayas venido—, susurró contra mi cabello. No me soltó hasta que nos quedamos tumbados en su cama.

—¿Qué pasa...? —le pregunté con una sonrisa.

Sus dedos jugaban con mi cabello y sus ojos me miraban profundamente. —Me estaba sintiendo un poco solo, así que estoy feliz de que estés aquí ahora mismo.

Se rió, mostrando su hermosa dentadura.

Me reí. —Eres lindo.

—Pero definitivamente tú eres más lindo—, Chan se mordió el labio. No dejé de notar que sus ojos recorrían repetidamente mis rasgos faciales.

—¿Qué? —le pregunté.

Chan tosió y luego negó con la cabeza. —Somos amigos, así que esto será extraño.

—Vamos, está bien. Me encanta lo raro.

—¿Me prometes que no te asustarás ni nada por el estilo?

Asentí. —No lo haré, lo prometo.

Con eso, Chan se inclinó más cerca, colocando con cuidado un mechón de cabello detrás de mi oreja ardiente. —Quiero ver tu hermoso rostro un poco más.

—¿Soy hermoso?

—Eres indescriptiblemente hermoso.

Sonreí. —¿Y qué vas a hacer al respecto?

—Te voy a besar, ¿Te parece bien?

Asentí, y un segundo después Chan me besó, desesperado y profundo. Podía sentir sus dientes, esos maravillosos dientes presionados contra mis labios, y fue la mejor sensación que había experimentado en mi vida.

Las manos de Chan sostuvieron mi cabeza en su lugar mientras me besaba aún más profundamente, su lengua sumergiéndose más profundamente en la caverna de mi boca.

Me sentí increíble.

—Tus ojos son tan lindos, tu nariz, tus labios... Todo... Todo en ti es tan lindo—, me elogió Chan entre besos.

No sabía qué decir, pero me sentí inmensamente halagado.

Ahora tengo a Chan.

Finalmente.

– Lee Minho, 17 años.