Cambio Brusco [YoonSeok]

1. ¿Quién es quién? 🎪

"Y apuesto a que cuando me despierte mañana,
tú y yo caminaremos juntos de nuevo.
Puedo asegurar que seremos amigos"
– "We are gonna be friends" (The White Stripes).

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Un charco de lodo, una risa inesperada por parte de alguien que nunca sonreía y un apretón de manos, así había comenzado la amistad de Min Yoongi y Jung Hoseok hacía cinco largos años. Una amistad que tenía los días contados porque estaba destinada a ser algo mucho más grande y profundo.

Hoseok había llegado a la ciudad de Sancheong con un único propósito: trabajar.

Por aquella época era todavía muy joven, apenas contaba con un año de experiencia como profesor de inglés y le estaba costando encontrar empleo estable en una escuela, que era lo que él quería. Por eso, cuando le ofrecieron una plaza como profesor suplente de secundaria, no dudó en aceptarla a pesar de que el centro educativo estaba en otra ciudad, lo que significaba que debía mudarse ahí.

Se suponía que sería algo provisional, más por la experiencia que por el dinero, del que buena parte se le iría en pagar el alquiler del apartamento, la luz y demás gastos del día a día. Una ocupación temporal, sí... Sin embargo, cuando le propusieron que se quedara otro curso más porque la profesora a la que sustituía no iba a volver, Hoseok no rechazó la oferta.

El ambiente era bueno, la paga decente y le gustaba el instituto. Los alumnos estaban en plena edad del pavo y no tenían ganas de estudiar, pero Seok tenía mucha paciencia y, sobre todo, vocación. Era un buen trabajo y decidió quedarse.
Hizo amigos entre sus compañeros, en especial Kim Seokjin, el profesor de música, y Jeon Jungkook, el incansable e hiperactivo profesor de educación física. En general, se llevaba bien con todo el equipo. Solamente había un profesor con el que no hizo buenas migas...

Min Yoongi impartía algunas de las asignaturas más odiadas por los estudiantes: física, química y matemáticas. Y aparte de detestar las materias que enseñaba, los alumnos tampoco le soportaban a él pues decían que los odiaba a todos y los suspendía a propósito, porque era un amargado.
Tampoco era muy amigable con el resto de profesores. El tipo caminaba rápido y sigiloso como una sombra, siempre con un semblante serio y poca predisposición a mantener charlas triviales que excedieran lo estrictamente profesional.

Una mañana de noviembre, después de que una copiosa lluvia bañara la ciudad durante la noche, la calle del instituto amaneció inundada de charcos y barro. Como quien corre esquivando obstáculos, Hoseok avanzaba de puntillas con cuidado de no meter el pie en el agua, pero por desgracia, había baldosas de cemento sueltas que cedían al ser pisadas. Con las prisas, Seok tropezó con una y acabó estrellándose de culo en uno de los incontables charcos que llenaban el camino.

— Ugh, ¡no! — gritó frustrado al verse empapado y embarrado por el agua y el lodo —. Joder... ¡¿ahora qué hago?! Mierda, mierda, mierda...

En ese instante, le sorprendió oír una risa que se le hizo desconocida ya que nunca la había escuchado, pero que provenía de una voz familiar que sí había oído muchas veces. De haber tenido las manos limpias, Hoseok se habría frotado los ojos para mirar hacia arriba de nuevo y asegurarse de que Min Yoongi realmente se estaba riendo (de él, obviamente, pero oye, era un fenómeno poco común).