Cambio Brusco [YoonSeok]

9. La verdad.⚡

---------------------🎪🎪🎪

Hoseok miraba con nerviosismo la puerta abierta como si no estuviese a punto de entrar en un coche, sino en una sala de interrogatorios. Ni siquiera imaginaba cómo iniciaría, evolucionaría y acabaría la conversación que tenían pendiente. ¿Yoongi haría las preguntas, o esperaría a que fuese Seok quien diese el primer paso y comenzase a narrar su versión de la historia? ¿Y cómo había podido decir con tanta ligereza lo de "su futura hija"? Había sonado un poco sarcástico...

Finalmente reunió el valor para entrar al vehículo, pero nada más sentarse, pegó un brinco ya que Yoongi pulsó el botón que echaba el cierre a todas las puertas para que nadie pudiese salir. Aquella acción le pilló desprevenido y Seok se encogió sobre sí mismo en el asiento del copiloto, sus ojos fijos en la palanca de cambios, a medio camino entre sus cuerpos.

De forma paulatina, Hoseok fue levantando la vista y miró al mayor por el rabillo del ojo. No le sorprendió ver que Yoongi todavía parecía enfadado, incluso más que antes. Los labios de Seok dejaron salir un pequeño suspiro, y su postura, a grandes rasgos, lo hizo ver triste, derrotado y frágil.

— Debes de odiarme ahora mismo, y no te culpo...

— ¿Odiarte? — Yoon puso los ojos en blanco —. Hoseok, no seas ridículo. — el mayor giró la llave para encender el motor y arrancó sin apartar la mirada de la carretera —. No te odio, pero estoy molesto porque me has estado ocultando todo esto durante meses. No sé si eres consciente de la gravedad del asunto.

— ¿Cuánto hace que lo sabes? — Hobi formuló la pregunta a media voz.

— Tres días ya, desde la tarde de la tormenta. Ya que estaba haciéndome pasar por ti, decidí ir ver a el refugio y de paso conocer a la famosa Myungsuk. Podrás imaginar la cara de idiota que se me quedó cuando descubrí que había estado celoso de una niña de seis años, y que no había ninguna protectora de animales — el azabache soltó una risa irónica para sí mismo. ¿A qué esperabas para contarme la verdad?

Hoseok quiso humedecerse los labios trémulos; sin embargo, tenía la boca muy seca, a diferencia de sus ojos, cuya vista se nubló por las lágrimas y dejó de ver el espejo retrovisor por unos segundos, hasta que pestañeó y las gotas se derramaron por sus mejillas.

— No sabía cómo hacerlo, hyung... — no era una excusa, era la verdad —. Creí que no te lo tomarías bien y decidí mantenerlo en secreto hasta encontrar la forma de explicarte la situación.

— Pues déjame decirte que fuiste un grandísimo egoísta — Yoon frunció aún más el entrecejo al hablar —. Preferiste dejarme creer que me ponías los cuernos antes que contarme lo de Myungsuk.

— No, ¡tú elegiste desconfiar de mí! Te dije que tus celos eran absurdos — se defendió Seok.

— ¿Y yo cómo podía estar seguro? — bramó el otro —. Te brillaban los ojos cuando mencionabas a una mujer a la que no querías que conociera, era todo muy sospechoso. Myungsuk y yo lo pasamos genial, decías, ella me hizo reír mucho hoy... Sentía que te estaba perdiendo por ella y empecé a distanciarme de ti por resentimiento. En cualquier caso, hice bien en dudar porque al fin y al cabo sí que traicionaste mi confianza. Todo esto se podría haber evitado si tan sólo hubieses sido honesto.