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Brian estaba haciendo el desayuno mientras Ritchie aún dormía, suspiró aburrido

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Brian estaba haciendo el desayuno mientras Ritchie aún dormía, suspiró aburrido.

A los minutos, Ritchie apareció en la cocina, Brian le sonrió

Habían pasado cuatro meses desde que vivían en Londres, Brian estaba bien, feliz podría decirse.

Tenía una casa, un trabajo estable como profesor de física en un colegio público, una relación estable de tres años y era feliz.

—¡Amor, voy a ir al trabajo, te veo más tardé!

Ritchie tomo su emparedado y decidió que se lo comería en el caminó, el castaño desapareció.

Brian decidió, que ese día sería solo para el, necesitaba una distracción.

Paso toda la mañana leyendo, cuando se dió cuenta que era algo tarde, tomo un baño en el que duro casi una hora.

Se vistió de manera bastante cómoda, se miro en el espejo, se veía bastante bien.

Con algo de hambre, camino a la cocina y decidió almorzar lo que sobró de la cena de ayer.

Comió de manera lenta y perezosa, al terminar, miro un rato televisión.

Con muchas ganas de salir, ya que se estaba aburriendo, salió de la casa y se subió al auto, fue al centro comercial y allí perdió el tiempo por horas.

Estaba en una librería viendo que libro comprar, cuando iba a tomar uno que le había llamado la atención, rozó su mano con la de otro chico.

—Oh disculpa. —Dijo Brian y lo miro, se quedó atónito mirando a la persona que tenía en frente.

El rubio lo miro fijamente también, sonrió y habló.

—Brian Harold May...

Brian se sonrojo al escucharlo.

—Rog... Tanto tiempo... —Dijo Brian mirándolo fijamente.— ¿Cómo has estado?

Roger había cambiado demasiado, y la verdad es que Brian lo encontraba aún más atractivo.

—Bastante bien... Unos meses después de que te fuiste fui a rehabilitación, estuve casi seis años, salía y recaía... Actualmente llevo tres años y medio limpio.

Brian lo miro encantado, Roger no pudo evitar hacer lo mismo, Brian noto el dije de Sol, pero ahora vuelto un anillo que estaba en su dedo.

—¿Aún lo tienes?

Roger miro el anillo.

—Si, no me lo he quitado todos estos años... Recuerdo que se había roto y lo mandé a arreglar y me lo hicieron anillo. —Roger lo miro en busca de la luna. —Ya no tienes la luna...

Brian negó y le enseño el collar con la luna.
—Tampoco me lo he quitado...

Roger lo miro fijamente un rato.

—En fin... Fue un gusto verte, Brian.

Roger iba a irse, hasta que Brian hablo.

—¡Espera! Te invitó a un café... Ya sabes, para hablar...

Roger lo miro fijamente y luego sonrió.

—Me encantaría...

Volver a comenzar. [Maylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora