Prólogo

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Brian y Roger tenían una hermosa relación de 8 meses, sus mejores amigos, Freddie y John estaban muy felices por ellos

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Brian y Roger tenían una hermosa relación de 8 meses, sus mejores amigos, Freddie y John estaban muy felices por ellos.

Ambos tenían una relación muy sana, hasta unas semanas después...

—He notado a Roger raro, Fred... Lo notó más flaco y siempre está en otro mundo, la otra vez me llamó borracho... Tú sabes que Roger odiaba el alcohol.

Freddie lo miro preocupado.

—¿Desde hace cuánto está pasando eso?

—Hace unas semanas... Desde que se cambió de barrio prácticamente, ya casi ni nos vemos, con costos nuestras llamadas en las noches duran 15 minutos... ¿Que está pasando con mi Roger?

Brian se veía bastante triste y preocupado, Freddie sospechaba que pasaba.

—No te preocupes, cariño. Mira ¿Que tal si vamos al parque?

—No sé, Freddie. Ya es de noche...

—Solo un rato, para que te despejes, te compró tu helado favorito, el de fresa de agua.

Brian sonrió muy delicadamente y asintió suavemente.

...

Iban caminando en el parque, era bastante grande y daban círculos, se adentraron a sentarse en una banca.

Mientras caminaban, Brian dejo de reír y del shock de lo que estaba viendo su helado cayó al suelo, Freddie que lo miraba habló regañandolo.

—¡Brian, los helados están caros!

Freddie miro hacia la dirección que Brian veía y su helado también cayó al suelo.

Roger estaba sentado en el suelo, con unos chicos mayores que él, Roger se inclino suavemente en el plato que le entregaron e inhaló la droga, segundos después gruño, le hicieron otra fila mientras el fumaba un cigarro y bebia cerveza.

Brian decidió acercarse mientras Freddie iba detrás de él, Brian respiro hondo y hablo mientras Roger volvía a inhalar.

—¿Roggie?

Roger lo miro asustado, limpio los restos de su nariz y se levantó rápidamente.

—¡Brian!

—¿Es por ésto que estás tan raro? ¿Por ésto ya casi no nos vemos? ¿Por esto me llamas solo diez minutos al día? —Pregunto Brian con el corazón roto.

—No, Brimi. Y-yo te puedo explicar.

Los amigos de Roger veían todo en silencio, muy drogados como para opinar.

—No te reconozco, este no es mi novio... —Dijo Brian sintiendo una lágrima saliendo de su ojo,  la cual limpio, Roger miro a Freddie.

—Fred, yo... —Freddie negó mirándolo fijamente.

—Tiene razón, Roger. Este no es el Roger que queremos.

Brian lo miraba, triste, preocupado y decepcionado.

—No puedo hablar contigo en éste estado, cuando no estés drogado y borracho, búscame.

Brian se fue caminando lentamente, dejando ya que sus lágrimas salieran.

—Freddie...

—No, Roger. Siento tener que decírtelo pero,la cagaste.

...

Al día siguiente, en la tarde, Brian estaba sentado en su cama, Roger no lo había llamado, ni buscado, ni siquiera fue detrás de él cuando se fue del parque.

¿Que le había pasado a su bello rubio?

Se levantó y fue a un centro comercial, a distraerse, se compró un batido, miro librerías y tiendas de ropa, pasando por una joyería, paro al ver dos dijes.

Uno de sol y uno de luna.

Los miro fijamente unos segundos y entró a comprarlos.

Al salir, camino a la casa nueva de Roger, el ya traía puesto el dije de luna.

Al llegar, toco la puerta, el rubio abrió y lo miro con pena.

—Hola, Roger...

—Bri... Pasá.

Brian entro, Roger cerro la puerta después.

—Roger, seré breve. —Dijo, Brian, serio, mirándolo fijamente. Roger tenía mucho miedo.— Yo te amo, y mucho, tu sabés que nunca encontraré a alguien cómo tú, la verdad es que me encantas...

Roger espero el clásico "Pero" y claro que lo recibió.

—Pero, yo no puedo estar con una persona que se está volviendo adicto, no puedo estar con alguien que me haga daño, no puedo estar con alguien que me ignora por irse a drogar. Roger, me lastimaste tanto que ya no se si pueda estar contigo, ya no te tengo confianza, me mentiste todo este tiempo... Yo... No puedo.

—Pero, Bri. Yo puedo cambiar.—Rogó llorando Roger, Brian negó.

—Nos haríamos daño, Roger...

Brian se acercó a abrazarlo, Roger sollozó.

—N-no me dejes, te prometo que no lo volveré a hacer.

Brian negó, no le creía.

—Como última muestra de amor, vine aquí a pasar nuestra última tarde juntos, después de esta tarde, no volverás a saber de mi, y tampoco me verás más.

Roger sollozó negando, lloró con fuerza.

Brian y Roger caminaron a la habitación del rubio, allí dentro se acostaron en la cama, abrazados.

Roger lloró por una hora y media entera, sin parar. Al terminar, hablaron de todo y a la vez de nada.

Se abrazaron, se acurrucaron, se miraron, se besaron, se amaron.

Hasta que la hora de que Brian se marchará, llegó.

Roger lloró y sollozó con fuerza, rogándole a Brian que no lo terminará, pero era una decisión tomada.

—Te compré algo...

Roger lo miró fijamente, llorando.

Brian le dio el collar y el dije de sol.

—Sol y luna. —Brian le enseño que el tenía puesto ya su dije— ¿Sabes que significan?

El rubio negó llorando, mirando el dije.

Brian se lo colocó a Roger y sonrió mirándolo con lágrimas en los ojos.

—Significan amor imposible, dice la leyenda que un Dios hace que la luna y el sol se reencuentren después de mucho tiempo. Si algún día nos pasa, espero que estés limpio... Te amo, Roger.

Roger lloró y negó con su cabeza como un niño pequeño, hiperventiló. Brian lo abrazo y beso su cabeza.

Lo beso suavemente, sería el último beso, la última tarde, el último abrazo, el último todo.

Roger lloró fuertemente cuando Brian se fue.

Y Brian, decidió irse al día siguiente con sus abuelos, por allá en Brighton, dónde la vida era buena.

Y se fue, por una muy larga temporada.

Volver a comenzar. [Maylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora