𝑻𝒓𝒖𝒔𝒕 𝑴𝒆 [𝑮𝒖𝒂𝒑𝒐𝒅𝒖𝒐]

10. Sometidos

-Prepárate Pyro, por que probablemente tengamos problemas.

-¿Que?

-Resulta que mi regalo definitivamente tendrá consecuencias.

-¿De que regalo hablas?

-El que le di a nuestro nuevo empleado del mes.

Cucurucho se rio con malicia mientras era seguido por su compañero a lo largo del blanco pasillo.

-No dudo que ahora mismo lo este viendo.

Osito Bimbo no entendió lo que algo así significaba, pero lo dejó pasar, por que cuando Cucurucho interrumpió en su oficina, luciendo feliz tuvo miedo.

Miedo por que el semblante feliz que emanaba su compañero tenía un toque desquiciado que le hizo saber que algo andaba mal.

Sin embargo no dijo nada más y lo siguió.

Caminaron unos minutos hasta estar frente a la puerta de la habitación donde estaban las cámaras de agua. Dejó a Cucurucho entrar y luego el lo siguió, dejando que las puerta se cerraran automáticamente detrás de ellos. Pero justo antes de cerrarse por completo escuchó un grito.

-¡CUCURUCHO HIJO DE PUTA!

Y después nada, se encontraron con el único ruido de la cámara de agua de Quackity al fondo, sin embargo se alarmó al reconocer que esa había sido la voz de Cellbit.

Escuchó la risa histérica que empezó a emitir su compañero.

-¿Ese era Cellbit? ¿Qué pasó?

Cucurucho se tardó unos momentos en reponerse de su risa y contestó.

-Oh, no es nada, supongo que le gustó demasiado el regalo que le di.

-¿Qué? ¿Qué le diste?

-Nada, enserio, déjalo.

━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━━━━━━━ ◦ ❖ ◦

Tenia que encontrar a Roier ahora.

Después de aceptar que no iba a poder acceder a esa habitación en las oficinas de la Federación y cambio su plan para buscar a su marido.

Su marido....

(Omití literalmente todo lo que va entre esta línea de tiempo, como si hubiera pasado más tiempo de Cellbit reuniendo las pistas del supuesto trabajador antiguo de la federación, osea literalmente meses, muchos)*

Ahora no sabía que pensar, después de todos estos meses de matrimonio, de su vida....

Pero no... Tenía que esperar a saber la verdad.

Tenía que confiar en Roier...

-¡Guapito!

Corrió por los escalones de su castillo hacia su habitación.

-¡Guapito!

Cuando entro en su habitación, vio a su marido sentado en la cama, con su hijo sentado en su regazo y envolviendo los baros alrededor de su cuello.

-Shhh...Está dormido.

-Hay que sacarlo de aquí. Necesito hablar contigo.

Le mandó en mensaje a Pac para que viniera por su hijo.

-¿Qué? ¿Pero por que Richas no puedo oír? ¿Pasó algo malo?

-Pasaron muchas cosas Roier.

-¿Por eso le gritaste? El pobre llegó desconsolado al castillo.