Male reader Y Leon S. Kennedy
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"lector", hijo único y heredero de una poderosa compañía, toma la valiente decisión de abandonar la vida de privilegios y expectativas familiares para cumplir su promesa: convertirse en agente...
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CIUDAD MAPACHE
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El rugido del motor de su nuevo auto llenaba el silencio de la noche. Iván mantenía la mirada fija en la carretera, pero su mente vagaba lejos, mucho más allá de las líneas que delimitaban el camino. El coche, un lujoso regalo de sus abuelos por su reconocimiento en la academia, le recordaba constantemente la vida que había dejado atrás. A pesar de su esfuerzo por mantenerse enfocado en su nuevo destino, los recuerdos lo traicionaban.
Ciudad Mapache. Su nuevo hogar, al menos temporalmente. Allí comenzaría su trabajo en la R.P.D., un futuro que había elegido para sí mismo, lejos de la imponente sombra de su familia. Pero por más que intentara mirar hacia adelante, los fantasmas del pasado no lo soltaban. Incluso los de aquella amistad con el chico rubio
Los recuerdos de su antiguo compañero por alguna razón estaban presentes en su cabeza, y aunque había jurado que se olvidaría de aquella amistad, la verdad era que nunca desapareció del todo. Ahora, más que nunca, deseaba dejarlo atrás, concentrarse en lo que tenía por delante. Pero su corazón no le permitía olvidar tan fácilmente.
El sonido constante de su celular vibrando lo sacó de sus pensamientos. Al ver el nombre de su abuela, Iván suspiró, estacionando el auto a un lado del camino antes de contestar. —¿Iván? cariño —La voz de su abuela resonó dulce y preocupada—. ¿Ya llegaste a Ciudad? —Todavía no, abuela. Estoy a unos minutos —respondió, mirando las luces distantes que indicaban la cercanía de la ciudad. —Bien. Por favor, avísame cuando llegues. Y ten cuidado, ¿sí? —El tono de su abuela le arrancó una leve sonrisa. Siempre tan protectora. —Lo haré —contestó, antes de colgar y volver a la carretera.
Poco después, una gasolinera apareció a lo lejos. El tanque de combustible de su auto estaba casi vacío, así que decidió detenerse. Sin embargo, algo en la escena lo hizo fruncir el ceño. Un coche y una motocicleta estaban estacionados de manera extraña, cerca vio la tienda de la gasolinera, y las luces de esta estaban apagadas. Todo parecía desierto, pero había una tensión en el aire que lo puso en alerta.
Iván bajó del auto y observó con cuidado. Desde una lejanía vio una figura femenina que se acercaba a la entrada, caminando con cautela. Fue entonces cuando el sonido de un disparo retumbó en la noche, haciendo que Iván se tensara al instante. Su mirada se dirigió hacia la chica, en ese justo momento un hombre emergió de las sombras detrás de ella.
—¡Mierda! —Iván murmuró para sí mismo, corriendo hacia la guantera de su auto y sacando su arma.
Antes de que pudiera llegar, la chica abrió la puerta de la tienda y una voz firme gritó desde dentro. —¡Al suelo! —ordenó la voz, y la chica obedeció rápidamente. Un segundo disparo resonó, impactando en la cara al hombre que estaba detrás de la joven mujer. Iván se detuvo, atónito, observando cómo el cuerpo del atacante caía al suelo sin vida.