Male reader Y Leon S. Kennedy
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"lector", hijo único y heredero de una poderosa compañía, toma la valiente decisión de abandonar la vida de privilegios y expectativas familiares para cumplir su promesa: convertirse en agente...
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Una semana había pasado, y las vacaciones junto a la estancia en la academia terminarían en tan solo dos días. Los graduados debían presentarse uno o dos días más en las instalaciones para recoger sus pertenencias y, lo más importante, completar el trámite que los convertiría oficialmente en policías.
Iván, paso a recoger sus cosas con la ayuda de los empleados de sus abuelos, despidiendose asi de la habitación que alguna vez compartió con Leon.
Después de eso, se dirigió a la oficina donde finalizaría sus trámites. Allí le ofrecieron varias propuestas de trabajo en diferentes comisarías del país. Optó por elegir la R.P.D. (Raccoon Police Department), ubicada en la Raccoon City, una ciudad cercana a la de sus abuelos.
Tras el tedioso proceso de documentación, salió de la oficina sin más, caminando despacio hacia la salida de la academia. Intentaba retrasar el momento de irse, con la esperanza de encontrarse con Leon, quien aún no había pasado a recoger sus pertenencias.
Sin embargo, Iván sabía que no podía hacer esperar más a los empleados de sus abuelos por un simple capricho. Entendía que eran personas ocupadas, y él no era alguien que disfrutara malgastar el tiempo de los demás. Así que decidió regresar a casa de sus abuelos, dejando para otro momento el encuentro con Leon.
Al día siguiente, justo un día antes de la entrega de diplomas, Leon acudió a la academia acompañado de su madre para recoger sus pertenencias. Cuando entró en su antigua habitación, su rostro mostró una evidente decepción: el lado de la habitación de su amigo estaba vacío, lo que significaba que Iván ya había recogido sus cosas. Esto implicaba que no podría hablar con él hasta el día siguiente.
Resignado, Leon terminó con la documentación necesaria y, tras finalizar el trámite, abandonó la academia.
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Hoy era el gran día. En dos horas, los graduados debían estar en la academia para recibir sus certificados.
Iván salió de la ducha y comenzó a arreglarse, con una sonrisa que no podía ocultar su felicidad. Mientras se aplicaba desodorante y colonia, escuchó que llamaban a la puerta. Era la ama de llaves, quien le entregó una caja alargada. Le explicó que era un regalo de sus abuelos para que lo usara en la ceremonia de graduación. Tras entregárselo, se retiró sin más.
