Male reader Y Leon S. Kennedy
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"lector", hijo único y heredero de una poderosa compañía, toma la valiente decisión de abandonar la vida de privilegios y expectativas familiares para cumplir su promesa: convertirse en agente...
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QUERIDOS PADRES
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Han pasado más de tres meses desde que Cayetana dejó a Iván con el corazón destrozado, para el era como si su vida se hubiera desplomado por una pendiente hacia el vacío. Todo en su entorno perdió sentido.
Con la graduación de la escuela secundaria a la vuelta de la esquina, Ivan buscaba el momento exacto para confrontar a sus padres, a los cuales en sus 17 años de vida, jamás les había llevado la contraria
Su madre, comprendiendo el dolor que Iván sentía tras perder a su amada, le permitió saltarse las prácticas e incluso faltar al colegio el tiempo que necesitara. Lo único que ella pedía era que, al graduarse, Iván siguiera el plan: entrar a la universidad y luego aprender a manejar la empresa familiar.
Días después, Iván menciono a su madre que estaba listo para regresar al colegio. Sabía que la noticia la alegraría, y con ello esperaba suavizar el impacto de lo que estaba por confesar. Faltando poco para la graduación, aprovechó en lindo restaurante para poder dar la noticia, donde su padre, quien rara vez tenía tiempo libre, también estaba presente.
—Madre, Padre —comenzó Iván con voz suave pero firme, mirándolos directamente a los ojos—, hay algo importante que quiero decirles, y les pido que por favor me escuchen hasta el final.
El miedo y la ansiedad se apoderaban de él, pero sabía que no podía echarse atrás. Sus padres lo observaban con preocupación, notando su nerviosismo.
—Quiero... —hizo una pausa para tomar aire y soltó lo que había estado guardando— Quiero ingresar a la academia de policía.
—¿Qué? —preguntó su madre, incrédula, "tal vez no había escuchado bien," mientras que su padre abría los ojos sorprendidos.
—Sé que no es lo que esperaban, y sé que es egoísta. Pero... esto es algo que siempre he querido hacer. No quiero ser solo un policía más, quiero ir más allá. Quiero llegar hasta lo más alto —dijo Iván mientras pequeñas las lágrimas caían por su rostro.
—¿No estarás hablando en serio? —su madre le miraba como si esperara que todo fuera una broma.
—Lo estoy, madre —respondió Iván entre leves y discretos sollozos.
Su madre suspiro y se llevó una mano a la frente, claramente decepcionada.
—No entiendo por qué esto de repente, especialmente cuando estás tan cerca de empezar la universidad —le dijo, mirándolo fijamente—. ¿Te das cuenta de que entrar a esa academia es tirar a la basura todo por lo que hemos trabajado? Por lo que tú mismo has trabajado.
—Lo sé —respondió Iván, secándose las lágrimas—, pero no puedo seguir esperando a que las cosas cambien por sí solas. Siempre quise complacerlos a ti y a los abuelos, pero antes de que Cayetana muriera, prometí que haría lo que realmente deseo.
