CONSIGUE UN MONO

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C.7

Consigue un mono

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Consigue un mono

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Pasaron unas horas, y los chicos fueron convocados en la oficina de dirección.

Fuera de la oficina, fueron llegando uno a uno. El primero en llegar fue León. Luego, los demás comenzaron a aparecer, y finalmente, Iván, quien traía una expresión que León nunca le había visto antes.

León notó de inmediato que algo andaba mal con su amigo. La tensión en su rostro era evidente. Se acercó con preocupación, colocando una mano sobre su hombro.

-¿Estás... -intentó preguntar por el estado de ánimo de Iván, pero justo en ese momento una voz salió de la oficina, interrumpiéndolo y pidiendo que todos entraran

Iván apartó la mano de León y avanzó hacia la oficina sin mirarlo, pasándole de largo e ignorándolo por completo. León se quedó inmóvil por un segundo, sorprendido. ¿Acaso el problema era con él?

Dentro de la oficina, le entregaron un sobre a cada uno, con sus puntajes respectivos. Al salir, Iván estaba tan nervioso que incluso el enojo hacia León parecía desvanecerse un poco. León, detrás de él, también sentía los nervios, hablando sin cesar sobre cómo se sentía, pero Iván seguía ignorándolo.

Cuando llegaron a la habitación, ambos abrieron sus sobres. Un 98% y un sello rojo con la palabra "aprobado". Ambos habían pasado. La emoción fue inmediata; León abrazó a Iván, quien, por la felicidad, lo aceptó sin dudar.

-¡Esto es increíble! -exclamó León separándose, una enorme sonrisa adornando su rostro.

-Valió la pena todo el esfuerzo. Mis abuelos estarán felices -dijo Iván, aliviado de haber demostrado que ser policía no era solo un capricho.

Aprovechando el buen ánimo de Iván, León decidió hacerle una propuesta.

-Oye -dijo, llamando su atención-. Deberíamos celebrarlo. ¿Qué te parece si vienes conmigo la próxima semana? Mi familia tiene una casa en el campo, podríamos pasar unos días allí.

Por un momento, Iván, aún eufórico por los resultados, estuvo a punto de aceptar. Pero entonces, el recuerdo de la conversación que escuchó volvió a su mente, trayendo consigo el enfado. León, quien se había quejado de él, ahora lo invitaba como si nada hubiera pasado. Su enojo volvió, más fuerte que antes.

Frunciendo el ceño, Iván respondió en seco:

-Creo que mejor no -dijo con una clara molestia.

León, desconcertado, lo miró con preocupación.

-¿Por qué no? -preguntó, intentando entender.

-Supongo que estar cerca de alguien "narcisista" no es de tu agrado, ¿no? -Iván lo miró con disgusto-. Pasaré el descanso con mis abuelos.

AMIGO RUBIO // Leon S. Kennedy //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora