Habitación #21C

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C.3

HABITACION #21C

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HABITACION #21C

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Pasaron unos meses, y finalmente, Iván estaba a punto de graduarse de la escuela secundaria. Este paso no solo marcaba el final de su educación básica, sino que también lo acercaba a su sueño: ingresar a la academia de policía. Con el diploma en mano, sabía que ya tenía la autorización oficial para comenzar su formación, recibió varios reconocimientos por su excelente desempeño académico.

Sin embargo, al mirar al público, solo pudo ver a sus abuelos maternos. Su corazón se apretaba con el deseo de que sus padres también estuvieran allí, compartiendo ese momento importante. Sabía que su madre jamás lo perdonaría por haber elegido otro camino, uno distinto al del negocio familiar, y estaba seguro de que sus abuelos paternos ya se habrían enterado de la situación. ¿Volverían a querer verlo?.

Ese día tan esperado finalmente llegó. Iván estaba a punto de mudarse a la academia, donde compartiría una habitación. Se prometió a sí mismo que se enfocaría únicamente en su formación. Sabía que no tenía que preocuparse por los gastos: sus abuelos pagarían todo, desde la matrícula hasta la comida y los uniformes. Afortunado de tener su apoyo incondicional, sentía, sin embargo, una devastadora soledad por la ausencia de sus padres. Ese vacío lo seguía a cada paso, como una sombra que no podía ignorar. Se sentía triste, aunque no lo mostrara. Y en su mente solo había una promesa: enfocarse en sus estudios, graduarse lo antes posible, y demostrar su valía.

Al llegar a la academia, Iván recibió las llaves de su habitación, junto con las normas y horarios que debía cumplir. Se dirigió hacia el edificio de los dormitorios, acompañado por los trabajadores de su abuelo que llevaban sus maletas. Finalmente, llegaron una puerta que indicaba: #21C.

—Es aquí —dijo Iván, de mal humor, mientras sacaba la llave de su bolsillo. El tema de sus padres seguía afectándolo profundamente, poniéndolo en un estado de ánimo sombrío, muy diferente a lo que él es.

Indicó a los trabajadores que podían retirarse, dejándole las maletas en el piso. Ellos, obedientes, se despidieron con un gesto rápido y se marcharon. Iván suspiró antes de abrir la puerta. Mientras empujaba sus grandes maletas negras dentro de la habitación, algo capturó su atención.

Un joven de cabello rubio estaba de espaldas, con la cabeza dentro de un armario que estaba al lado de la cama izquierda. Parecía estar acomodando sus pertenencias, organizando cada cosa con meticulosa precisión. El ruido de las maletas llamó la atención del chico, quien se dio la vuelta para ver a Iván.

<<Perspectiva de Iván>>

Iván se detuvo un momento, observando al que sería su compañero de cuarto. El rubio tenía el cabello color arena, unos ojos azul claro y una piel blanca. Notó también que el chico tenía un rostro apuesto y que era tan alto como él. Parecía organizado, amable, alguien que posiblemente no le daría problemas. Sin embargo, Iván no tenía la intención de hacerse su amigo. Había venido a la academia a cumplir su meta de convertirse en un buen policía, no a crear lazos ni distracciones.

AMIGO RUBIO // Leon S. Kennedy //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora