Male reader Y Leon S. Kennedy
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"lector", hijo único y heredero de una poderosa compañía, toma la valiente decisión de abandonar la vida de privilegios y expectativas familiares para cumplir su promesa: convertirse en agente...
(Aviso, este capitulo contiene contenido +18, palabras anti sonantes etc etc, recomiendo que si eres menor de edad, solo te saltes la ultima parte)
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ESTOY JUNTO A TI
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Al día siguiente del enfrentamiento, Iván y León notaron un cambio sutil en su dinámica. Esa barrera invisible que había existido entre ellos parecía haberse desvanecido, permitiéndoles sentirse más cómodos para hablar. Ambos habían sentido la necesidad de hacerlo desde hace tiempo, pero fue el combate lo que, irónicamente, les dio la confianza para acercarse.
Después de un largo día de estudios y entrenamiento, se refugiaban en la calma de su habitación. Lo que antes era un espacio lleno de silencios incómodos, ahora se había transformado en un lugar donde las risas resonaban y las conversaciones fluían con naturalidad. Las charlas entre ellos eran fáciles, ligeras, y siempre parecían encontrar algo de qué hablar. En más de una ocasión, uno de los dos terminaba riendo a carcajadas por alguna broma o comentario inesperado del otro.
En cuestión de semanas, ambos se dieron cuenta de que ya no eran simples compañeros de habitación, sino amigos. Disfrutaban de la compañía mutua, y después de los agotadores días en la academia, era un alivio tener a alguien con quien relajarse y olvidar las tensiones. Para Iván, esta amistad era algo nuevo. Durante su tiempo en la escuela secundaria, nunca había tenido un amigo cercano, solo conocidos con los que se llevaba bien. La estricta vida que sus padres le habían impuesto lo había alejado de las interacciones sociales, salvo con Cayetana, quien, aunque había sido su novia, era lo más cercano a un buen confidente.
Sin embargo, a pesar de su creciente amistad, Iván mantenía una barrera emocional con León. No le hablaba de su pasado ni de sus preocupaciones más profundas. Había temas que prefería evitar, y cada vez que la conversación se acercaba a ellos, Iván cambiaba hábilmente de tema o se mantenía en silencio. León, por su parte, se daba cuenta de esta reticencia. Podía notar cómo Iván evitaba hablar de sí mismo, siempre desviando la conversación con una discreta habilidad que al principio parecía accidental, pero que con el tiempo se hacía evidente.
Lo único que Iván le había contado sobre su vida era que, es hijo único, que sabía tocar el piano y que desde pequeño había querido ser policía. León, en cambio, había sido mucho más abierto. Había compartido detalles de su vida con Iván, desde historias divertidas de su infancia hasta momentos más serios, como la vez que su padre lo olvidó en una estación de autobuses.
Esta disparidad le frustraba un poco, pues sentía que no conocía realmente a su amigo, mientras que Iván parecía saberlo todo sobre él.
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