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──── HELLTON ────

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──── HELLTON ────

SEPTIEMBRE DE 1959




- Abran sus libros. Página 21 de la introducción. - Indicó Keating y todos lo imitaron. - Señor Perry, ¿quiere leer el primer párrafo del prefacio titulado "Entendiendo la poesía"?

Neil sostuvo el libro entre sus manos, con la página indicada, dispuesto a leer.

- "Entendiendo la poesía, por el doctor J. Evans Pritchard." - Empezó Neil. - "Si vamos a entender la poesía debemos dominar la métrica, rima y metáforas. Nos hacemos dos preguntas. Uno, si alcanzó artísticamente el objetivo del poema, y dos, qué tan importante es ese objetivo."

Neil siguió leyendo aquella introducción, mientras Ofelia, absorta en sus pensamientos, creía que aquellas palabras escritas por aquel doctor, no significaban otra cosa más que una vaga inclinación a la redundancia de la misma nada.

Ella creía que la poesía era pasión, más allá de entender la métrica, las rimas y metáforas, era algo que debía salir del corazón de cada persona que escribiera sobre ella; tuviese el tema que tuviese, la poesía debía abarcar el romance en su máximo esplendor, no debía ser guiado por reglas absurdas para medir una perfección que, para muchos, era subjetiva.

Dejó de nadar en sus pensamientos para observar que el profesor Keating había empezado a realizar una gráfica como es que, en la introducción, se indicaba.

Ofelia se rió por lo bajo.

"¿Qué clase de estupidez de realizar una gráfica para un poema era esa?" pensó ella.

Cuandó concluyó la introducción, el capitán habló.

- Excremento. Eso pienso del buen Evans Pritchard. No es una fórmula, hablamos de poesía. - Ofelia dejó ver una sonrisa de admiración ante las palabras de su nuevo profesor. - ¿Por que describir como un crucigrama la poesía? ¿Qué tal Byron? Yo le pongo 9 pero no me inspira.

Todos rieron ante el sarcasmo del comentario, Ofelia más que nada.

Ella volteó a ver a su mellizo que estaba riéndose y con una mirada anonadada. Neil la miró de vuelta y le susurró.

- Creo que es demasiado parecido a ti, el profesor Keating. -

Ella sonrió, devolviendo la vista al frente, y lo hace con una sensación de esperanza renovada.

Sabe que Keating será su guía, el sostén que la ayudará a sobrellevar las expectativas de su padre y de la sociedad que solo busca silenciarla. Para Ofelia, Keating podía representar la posibilidad de liberarse de las cadenas que la han mantenido invisible, un aliado en su búsqueda de identidad y libertad creativa.
En ese instante, siente que ha encontrado en él no solo a un maestro, sino a un cómplice en la rebelión contra lo establecido.

─ Whitered  l Charlie Dalton lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora