La mente de un chico con TDAH

Sobrecarga mental y límites

Últimamente, mi sobrecarga mental ha alcanzado un nivel insoportable. Me cuesta dormir, procesar información, e incluso mantenerme consciente de lo que sucede a mi alrededor. Lo curioso es que no se debe a problemas laborales ni a tensiones en casa; en ese aspecto, todo va bien, y sería egoísta quejarme. El verdadero problema proviene del ámbito emocional y de ciertas responsabilidades que he asumido en un proyecto en el que participo.

Formo parte de la administración de un juego de rol en el que también juego activamente. Dentro de este entorno, una compañera con la que tuve algo en la vida real ha abusado de su poder. Se puso invisible para espiar mis conversaciones dentro del juego, un espacio que, en teoría, debería estar dedicado a la creatividad y la ficción. No es real, es solo un juego. Pero que alguien llegue a este nivel de toxicidad, hasta el punto de espiar lo que digo en un entorno de fantasía, me ha llevado a un estado mental agotador.

Siento que mi cabeza no puede con más, y esta situación ha afectado seriamente mi bienestar. Estoy al borde de mandarla al diablo, sinceramente. Lo que más me agobia es que algo tan trivial, como un juego que debería ser una vía de escape, se haya convertido en una fuente de estrés y toxicidad. Y con mi TDAH, este tipo de situaciones solo amplifican mi incapacidad para desconectar, para encontrar paz en algo que se ha vuelto completamente agotador.