La montaña rusa de la tecnología

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Esta mañana, me levanté todo contento. Había comprado un nuevo portátil, y estaba ansioso por probarlo. Me dispuse a jugar y, durante esa primera hora, todo fue perfecto. Me divertía, las cosas iban bien, y por un rato me olvidé de todo lo demás. Pero luego, cuando quise volver a encender el portátil... ¡no funcionaba! ¿Cómo es posible? No entiendo mi suerte últimamente con la tecnología. Es injusto.

Pequeños contratiempos como este hacen que mi cabeza se llene de frustración. Me pregunto cómo puedo ser tan desgraciado. Pero bueno, suerte que en una hora, probablemente, ni me acordaré de esto. Ahora lo tienen en el servicio técnico, a ver si no se olvidan de llamarme esta tarde. Mientras tanto, solo puedo esperar.

Es curioso cómo los pequeños detalles pueden amargarnos los momentos de felicidad. Todo puede cambiar en un instante. Basta con que algo falle y, de repente, tu humor se desploma. Llueve, se rompe el nuevo portátil... Hoy ha sido un día de pura mala ostia, cuando me había levantado tan feliz esta mañana.

La mente de un chico con TDAHWhere stories live. Discover now