¿Qué significado tiene la vida en sí? ¿Por qué estamos aquí, vivos, y para qué vivimos? ¿Es nuestro propósito simplemente reproducirnos, perpetuar nuestra especie y, quizás, hacer algo que nos haga ser recordados?
Es un pensamiento retorcido y complicado, porque la vida, que ni siquiera es tan larga en la escala de la existencia, parece estar llena de sufrimiento. Un gran porcentaje de la humanidad pasa sus días trabajando para pagar, comer y dormir, atrapados en un ciclo que deja poco espacio para el disfrute o el verdadero sentido. Y entonces, ¿qué nos queda? ¿Qué sentido tiene vivir de esta manera?
Los momentos de felicidad son fugaces, rápidos como destellos, mientras que los momentos de dolor y tristeza se alargan, se sienten eternos. Así que la pregunta surge de forma natural: ¿hemos nacido para sufrir? Parece contradictorio que, como especie, nos consideremos "inteligentes", superiores a cualquier otra forma de vida en el planeta. Sin embargo, somos la especie más infeliz. La paradoja es evidente: somos nosotros mismos los que nos infligimos sufrimiento, ya sea a través del maltrato psicológico que nos imponemos o que imponemos a los demás.
Somos también los responsables de hacer sufrir a otros seres vivos, destruyendo generaciones y generaciones de especies por nuestra arrogancia. Pero, ¿de qué sirve ser así? ¿Qué sentido tiene vivir de una manera que perpetúa el sufrimiento, cuando el día de mañana, al final, nadie se acordará de nosotros? Quizás nuestros nietos, si acaso, pero más allá de eso, un muerto es un muerto. No importa cuánto hayas logrado, no importa cuántas veces tu nombre sea mencionado en los libros de historia, la verdad es que no puedes revivir por ello. Entonces, ¿qué relevancia tiene realmente el ser "recordado"?
Uno de los temas más difíciles para mí es el significado de la vida misma. ¿Existe algún propósito real o somos meras piezas, juguetes del entretenimiento de algún ser superior, como si fuéramos fichas de Playmobil en un juego absurdo?
Mi conclusión, en este momento, es simple y cruda: vive tu vida, que al final a nadie le importará realmente. Y, sobre todo, no te compliques la existencia ni compliques la de los demás. Vive, porque al final, nada de esto tendrá importancia.
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La mente de un chico con TDAH
Kısa HikayeBreves descripciones de mis pensamientos cotidianos, como influyen a mi día a día junto a las emociones que siento.