1° EL Comienzo T1

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Temporada 1 Orígenes

Habían pasado años desde que la barrera del Monte Ebott fue destruida, liberando a los monstruos hacia la superficie. La vida había cambiado para todos. Frisk, quien había sido la heroína en aquella travesía, se había convertido en la embajadora de los monstruos, facilitando la integración entre ellos y los humanos. Aunque el camino no había sido fácil, el esfuerzo de todos había rendido frutos.

Esa tarde, Frisk se encontraba en su cuarto, ajustándose la chaqueta frente al espejo. Hoy era un día especial: el cumpleaños de Papyrus. Una sonrisa se formó en su rostro al recordar lo emocionado que estaba el esqueleto por la fiesta que había organizado. Sin embargo, sabía que no todos compartían ese entusiasmo.

Frisk: (mirándose en el espejo) "Sans, ¿ya estás listo?"

Sans, quien estaba sentado en el sofá de la sala, apenas levantó la vista de su revista de comedia. Su expresión seguía siendo la misma de siempre: relajada y con ese aire de despreocupación. Pero Frisk lo conocía demasiado bien para no notar que algo lo molestaba.

Sans: (sin mucho interés) "Sí, supongo que estoy listo."

Frisk se acercó a él, notando la falta de entusiasmo en su tono. Sabía muy bien la razón: Papyrus había comenzado una relación con Mettaton, y aunque Sans no lo admitía abiertamente, no estaba muy contento con esa idea. Ver a su hermano menor tan cercano al carismático robot no le hacía mucha gracia.

Frisk: (sentándose a su lado) "Vamos, Sans. Sé que no es fácil para ti, pero es el cumpleaños de Papyrus. Sabes lo mucho que significa para él que estemos ahí."

Sans soltó un suspiro, cerrando la revista y dejando caer la cabeza hacia atrás en el respaldo del sofá.

Sans: "Sí, lo sé. Solo... No puedo evitar sentir que Mettaton es un showman de pies a cabeza. No sé si realmente se preocupa por Papyrus como debería."

Frisk sonrió con ternura, sabiendo que Sans solo quería proteger a su hermano. Sin embargo, también sabía que Papyrus era feliz, y eso era lo más importante.

Frisk: (poniéndole una mano en el hombro) "Papyrus es más listo de lo que crees. Si Mettaton no fuera la persona adecuada para él, ya lo habría notado. Confía en tu hermano."

Sans se quedó en silencio por un momento, reflexionando. Finalmente, se encogió de hombros, aceptando a regañadientes las palabras de Frisk.

Sans: (con una pequeña sonrisa) "Tienes razón, como siempre. Supongo que podría soportar unas horas de Mettaton en modo diva si eso hace feliz a Pap."

Frisk soltó una pequeña risa, levantándose del sofá y ofreciéndole la mano.

Frisk: "Ese es el espíritu. Vamos, no podemos llegar tarde."

Sans tomó la mano de Frisk y se levantó, sacudiéndose la pereza. Aunque no estaba del todo convencido, la idea de ver a Papyrus emocionado por su cumpleaños le bastaba para intentarlo.

Sans: "De acuerdo, pero si empieza a cantar en medio de la fiesta, me debes una."

Frisk: (riéndose) "Trato hecho."

Ambos salieron de la casa y comenzaron a caminar hacia la casa de Papyrus. El sol estaba comenzando a ponerse, bañando el cielo con tonos naranjas y violetas. La ciudad, con su mezcla de humanos y monstruos, vibraba con vida. Cada paso que daban era un recordatorio de lo lejos que habían llegado desde aquel día en el subsuelo.

Mientras caminaban, Frisk sentía una mezcla de nostalgia y alegría. Aunque las cosas no eran perfectas, había esperanza. Y esta noche, lo único que importaba era celebrar a uno de los seres más puros que había conocido: Papyrus.

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