Cap 12

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Jennie Pov.

Después de lo que me ha desvelado Lisa en la playa, no me apetece preguntarle nada más durante un tiempo. Ya sabía que me había secuestrado un monstruo y de lo que me he enterado hoy solo lo confirma aún más. No sé por qué se ha abierto tanto conmigo y me asusta.

Durante la cena, permanezco bastante callada, solo respondo a las preguntas que me hacen directamente. Hoy Beth cena con nosotras; ellas mantienen una conversación animada, sobre todo, acerca de la isla y de cómo pasábamos el tiempo Beth y yo.

—¿Estás aburrida, entonces? —me pregunta Lisa después de que Beth le hable de que no tengo ganas de estar leyendo todo el rato.

Me encojo de hombros, sin querer darle más importancia. Después de lo de hoy, prefiero el aburrimiento a la compañía de Lisa.

Sonríe.

—De acuerdo. Tendré que ponerle remedio a eso. Te traeré una televisión y un montón de películas la próxima vez que viaje.

—Gracias —digo inmediatamente mientras miro el plato.

Me siento tan triste que quiero llorar, pero tengo demasiado orgullo para hacerlo delante de ellas.

—¿Qué ocurre? —pregunta Beth, que se ha percatado de un comportamiento nada propio de mí—. ¿Estás bien?

—No, en realidad no —digo aferrándome a la excusa que me dio—. Creo que he tomado demasiado el sol.

Beth suspira.

—Te dije que no te quedaras dormida en la playa al mediodía. Afuera hace más de 35 oC.

Es verdad, ya me había advertido de ello, pero la pena de hoy no tiene nada que ver con el calor; tiene todo que ver con la mujer que está sentada al otro lado de la mesa. Sé que cuando se acabe la cena, me subirá a la habitación y volverá a follarme. Quizá me haga daño.

Le responderé, como siempre lo hago.

Lo peor es esto último. Golpeó a Kai y lo vi con mis propios ojos. Admitió que era una psicópata asesina. Debería estar asqueada, solo debería mirarla con miedo y desprecio. Más repugnante es que sienta algo de deseo por ella.

Es totalmente retorcido.

Estoy sentada aquí, picoteando algo, con cierta pesadez en el estómago. Me levantaría y me iría a la habitación, pero me temo que solo acelerará lo inevitable.

Por fin, se termina la cena. Lisa me coge la mano y me lleva a la planta de arriba. Siento que voy a mi ejecución, aunque parezca demasiado dramático. Me dijo que no me mataría.

Ya en el dormitorio, se sienta en la cama y me pone entre sus piernas.
Quiero resistirme, al menos pelear un poco, pero parece que el cerebro y el cuerpo no coinciden. Me quedo de pie sin decir nada, temblando de pies a cabeza, mientras me mira. Me recorre la cara con los ojos, prologándose hasta la boca, luego baja al escote, en el que se trasparentan los pezones a través del fino tejido del vestido. Está
erguidos, como si estuvieran excitados, pero creo que es porque estoy helada. Beth debe haber encendido el aire acondicionado por la noche.

—Muy bonita —dice al final, mientras levanta la mano y me acaricia un lado de la mandíbula con los dedos—. Qué piel tan suave y dorada.

Cierro los ojos, no quiero ni ver al monstruo que tengo delante de mí.
«Quiero matar más... Quiero matar más». Sus palabras se repiten constantemente en mi mente, como si fuera una canción en modo repetición. No sé cómo apagarla, cómo retroceder en el tiempo y borrar
los recuerdos de esta tarde de mi mente. ¿Por qué insistí en saberlo? ¿Por qué investigué e indagué hasta que obtuve estas respuestas? Ahora solo puedo pensar en la mujer que me está acariciando es una asesina despiadada.

Amor Posesivo || JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora