Cap 17

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Jennie Pov.

Tras ese día, mi relación con Beth experimenta un cambio, pequeño pero evidente. Ya no está tan empeñada en mantener las distancias y, poco a poco, voy conociendo a la persona que se esconde detrás de esa fría fachada.

—Sé que piensas que has recibido un trato injusto — dice un día que salimos a pescar juntas—, sin embargo, créeme, Jennie, Lisa se preocupa por ti, de verdad. Eres muy afortunada de tener a alguien como ella.

—¿Afortunada? ¿Por qué?

—Porque independientemente de lo que haga no es un monstruo — dice Beth, seria—. No siempre actúa de un modo aceptable por la sociedad, pero no es mala.

—¿No? Entonces, ¿qué es ser malo para ti? —Tengo curiosidad por saber cómo la defne ella. Desde mi punto de vista, las acciones de Lisa son el ejemplo de lo que una mujer mala haría, a pesar de mis absurdos sentimientos hacia ella.

—Malo es alguien capaz de matar a un niño —dice Beth con la mirada fija en el agua azul resplandeciente. —Malo es alguien que vende a su hija de trece años a un burdel mexicano. —Hace una pausa y añade — Lisa no es mala, créeme.

No sé qué decir, tan solo miro cómo rompen las olas en la orilla. Siento presión en el pecho.

—¿Te salvó Lisa de alguien malvado?—Pregunto tras un momento, cuando estoy segura de que puedo mantener la voz relativamente estable.

Gira la cabeza y me mira.

—Sí —dice tranquilamente—. Lo hizo. Y destruyó aquello que me hacía daño. Me dio un arma para que pudiera usarla contra esos hombres,
los que mataron a mi niña. Sí, Jennie, le devolvió la vida a una prostituta callejera acabada y rota.

Mantengo la mirada en Beth y siento como me derrumbo por dentro. Tengo el estómago revuelto y náuseas. Tiene toda la razón, no tenía ni idea del verdadero significado de lo que es sufrir. No puedo ni imaginarme por todo lo que habrá pasado.

Me sonríe como si disfrutara de verme callada por el asombro.

—La vida no es más que una mierda de ruleta —dice con suavidad—, que no deja de dar vueltas y en la que salen sin parar los números equivocados. Te puedes lamentar todo lo que quieras, pero la realidad es que salgan tus números es tan probable como llevar un décimo de lotería premiado.

Trago saliva para deshacer el nudo que tengo en la garganta.

—No es verdad —digo con voz algo ronca—. No siempre es así. Existe otra realidad ahí fuera, el mundo donde vive la gente normal, donde nadie intenta hacerte daño.

—No —dice Beth con dureza—. Estás soñando. Ese mundo es tan real como un cuento de hadas de Disney. Quizás tú hayas vivido como una princesa, pero la mayoría de la gente no. La gente normal sufre. Sufren, mueren y pierden a sus seres queridos. Y se hacen daños los unos a los otros. Se tiran al cuello de los otros como depredadores. No hay luz sin oscuridad, Jennie. Al fnal, la noche siempre nos atrapa.

—No. —No lo creo. No quiero creerlo. Esta isla, Beth, Lisa, todo esto no es normal, no es como son las cosas —. No, no lo es.

—Es así —dice Beth—. Puede que no te des cuenta, pero es cierto. Necesitas a Lisa tanto como ella a ti. Puede protegerte, Jennie. Mantenerte a salvo.

Está totalmente convencida.

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—Buenos días, mi gatita —me susurra en el oído una voz familiar que me despierta; abro los ojos y veo a Lisa sentada, inclinadoa sobre mí. Debe de haber venido directo de alguna reunión de trabajo porque lleva una camisa de traje en lugar de su habitual atuendo informal. Me invade la felicidad. Sonrío, levanto los brazos, le rodeo el cuello y la acerco hacia mí.

Amor Posesivo || JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora