Mi padre me miró, al igual que el resto de mi familia, esperando una explicación de mi parte.
—Ehh —mi padre me interrumpió.
—¿Cómo es que tenías pareja y nadie lo sabíamos?
Killian se adelantó.
—No es culpa de Lex, yo le pedí que lo ocultáramos para disfrutar un poco de todo. Quiero disculparme por ello, porque sé que os merecíais saberlo —todo esto era un caos, y a saber como saldríamos ambos de ahí.
No quería casarme con Killian, si iba a casarme sería con una persona que amara, no con el idiota que tenía abrazándome por la cintura.
—¡Dios mío! ¡Qué emoción! —chilló la hermana de mi abuela emocionada, acercándose hacia nosotros para abrazarnos—. Siempre lo supe, siempre supe que vosotros dos acabarías juntos.
Mi abuela ofendida le interrumpió.
—No mientas, las dos sabemos que eso es mentira. Yo fui la primera en decirte todo eso, y ahora vas y me lo robas —su hermana soltó una pequeña risa.
—¿Qué más da? Todos supimos que tarde o temprano acabarían juntos, así que eso es lo importante —mi abuela asintió con una pequeña sonrisa acercándose a nosotros para abrazarnos.
—Me hace muy feliz saber que los dos estáis juntos. Los dos tenéis mucha suerte de tener al otro —susurró ella para que solamente nosotros dos la escucháramos.
—Esto hay que celebrarlo, así que tenemos que ir a cenar a Milexim, no podemos pasar esta ocasión tan especial y tan hermosa —ay Dios mío, ¿por qué no pudo haberse callado Killian?
Iba a decir algo, pero el idiota me interrumpió.
—Ir saliendo, yo iré a ayudar a mi hermosa prometida —quería darle un puñetazo en la boca y borrarle la sonrisa, pero me contuve.
Mi familia asintió y yo decidí ir de nuevo al probador para quitarme el vestido ignorando por completo a Killian.
Entré y para mi desgracia Killian abrió la puerta.
—No sé preocupe, yo puedo ayudarla —sabía que estaba hablando con la dueña, iba a quejarme, pero él entró rápidamente, cerrando la puerta y tapándome la boca con su mano—. Quiero que te calles y me escuches detenidamente.
Y una mierda.
Le mordí la mano, logrando que quitara su dichosa mano de mi boca.
—Qué desgraciada eres —susurró con una pequeña mueca de dolor en su rostro.
—Eres un tonto, ¿cómo se te ocurre decir algo así?
—¿Acaso no viste a tu pobre abuela? Me dio pena por ella, porque estoy seguro de que no podrá verte en un futuro siendo feliz y teniendo una familia. Solo será un tiempo y luego podemos inventar algo y divorciarnos.
—Me niego Killian, no pienso casarme contigo, ni siquiera te tolero —él suspiró pegándome a la pared del vestuario sin hacerme daño.
—¿Por qué tienes que ser tan complicada Lex? Hagámoslo por tu abuela y ya, además, no voy a hacerte daño si eso es lo que piensas. Si soy un hombre, pero eso no implica que sea como el resto de imbéciles.
—Eres mucho peor Killian Blackthorne —espeté molesta a punto de soltarme, pero él se pegó más a mí, inmovilizándome.
—Si fuera mucho peor, como tú dices. Te hubiera dejado tirada en el aeropuerto y hubiera llevado a tu mejor amiga solamente, y otras muchas cosas más.
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Pasiones Enfrentadas |+18| ©
RomansaDonde Alexandra Sarosi debe enfrentarse a todos los comentarios de su familia respecto a su vida amorosa. O Donde Killian aparece en escena para salvarle el culo a la chica que más odia.