𝔖𝔪𝔲𝔱𝔰 - 𝔍𝔢𝔫𝔩𝔦𝔰𝔞

Costume.

Versátil.

... 

Lisa respiraba pesadamente, sus caderas inmóviles gracias a el peso de Jennie que estaba sentada sobre ella. Tenía sus manos atadas a la cabecera de la cama gracias a una corbata de líneas diagonales color plateado y azul oscuro. La corbata de Ravenclaw que hacía parte de el uniforme de Harry Potter de Jennie. 

Jennie observaba a Lisa con una mirada hambrienta, disfrutando cada segundo de tener el control total. El suave roce de la corbata de Ravenclaw contra las muñecas de Lisa hacía que la piel de la chica comenzara a enrojecer ligeramente, pero eso solo intensificaba la excitación. Jennie movió las caderas lentamente, rozando su centro caliente contra el abdomen de Lisa, quien jadeaba por la necesidad de moverse, de liberarse.

La situación solía ser al revés. Rara era la vez Jennie era la dominante, casi siempre era Jennie quien estaba debajo de Lisa, sollozando de placer con los ojos llorosos y las piernas temblando. Sin embargo, la castaña estaba entre enfadada y excitada con Lisa.

Hacía no mucho, había llegado a la habitación, con su capa de Harry Potter puesta y nada más. Buscaba la habitación de Lisa quien estaba jugando Valorant.

Y al no haber conseguido su deseada atención, se había enfadado. Cuando Lisa terminó la partida, dispuesta a mimar a su novia... pasaron cosas y ahora estaban en esa posición.

Jennie estaba sentada encima de ella, con un pequeño puchero en los labios, el ceño fruncido y el único botón de la capa de Ravenclaw abierto y dejaba a la vista todo su torso y pechos desnudos. Lo único que cubría su intimidad, eran unas lindas bragas de encaje negro.

—Vamos b-bebé...—susurró Lisa, viendo la expresión berrinchuda en el rostro de Jennie—. No podía pausar el juego. No te pongas así, déjame tocarte...—pidió Lisa mientras forcejeaba con la corbata y Jennie estiró su brazo para inmovilizarla.

—No te lo ganaste—susurró la castaña y mordió el labio inferior de Lisa mientras se frotaba suavemente en el abdomen de la mayor, soltando pequeños gemidos de placer y posando sus manos en el pecho de Lisa.

Sintió la boca de Jennie bajar y morder con rudeza su cuello, dejando una notoria marca de color morado rojizo.

Lisa arqueó la espalda involuntariamente, el dolor del mordisco rápidamente se transformó en placer. La sensación de Jennie dejando su huella sobre ella avivó aún más su deseo, y no pudo evitar un gemido que se escapó de sus labios. 

—Odio, que me ignores—gruñó Jennie, pequeñas gotas de sudor bajando por entre sus pechos mientras se frotaba en el vientre de Lisa.

Lisa gimoteó ante la visión, bajando la mirada hasta las bragas empapadas de Jennie. 

—No-no te estaba ignorando bebé...—susurró Lisa—... solo estab-estaba jugando y no podía salirme. Es todo.

Jennie dejó escapar una risa suave pero cargada de desafío, sus ojos oscuros brillando mientras seguía frotándose contra el abdomen de Lisa, aumentando la tensión entre ellas. —¿Jugando?—repitió con tono incrédulo. —Bueno, ahora jugamos a mi manera.

Lisa tragó saliva con dificultad, sus muñecas tensas bajo la presión de la corbata. El roce del encaje mojado de Jennie contra su piel solo la volvía más consciente de su propia vulnerabilidad y deseo. Cada movimiento de Jennie, cada suspiro de su boca entreabierta, era una tortura deliciosa. —Estoy a punto de romper esta corbata...—advirtió Lisa con la voz ahogada por la excitación, forcejeando una vez más.

Jennie, sin embargo, sonrió maliciosamente y bajó su rostro al nivel de Lisa, sus labios apenas rozando los de la mayor. —Inténtalo—susurró, su aliento caliente enviando escalofríos por todo el cuerpo de Lisa. Jennie movió una mano hacia abajo, acariciando con lentitud el vientre tenso de Lisa hasta detenerse justo sobre el borde de su ropa interior. Empezó a mover sus caderas en suaves círculos sobre el veinte de Lisa, gimiendo suave por el roce en su clítoris—... atrévete a romper la corbata, Lili—la desafió—... solo intenta romperla y te juro, que no voy a dejar tocarme en semanas.