Capítulo 28

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Acabamos de entrar a mi piso.
Ahora mismo me duele el brazo y no sé porqué aunque me lo puedo imaginar.
Pero cada vez que pienso en esa escena se me escapa una sonrisa y algo más de entre mis piernas...
Aunque también me molestó como la señorita me dejó con todas las ganas...
Bueno, nos dejó con todas las ganas, mejor dicho, porque ella también se moría de ganas de hacerlo.

-Exacto, yo también me quedé con las ganas- dice como si me hubiera leído la mente-Pero ya que ella te pareció guapa vete a que te quite las ganas ella.

-¿Puedo?

-Claro que puedes.

-Vale. Prepárate tú el zumo que yo me voy con la doctora- le digo abriendo la puerta para irme.

-¿A dónde te crees que vas? - me dice Ana agarrandome del brazo y cerrando la puerta.

-A ver a la doctora para que me quite las ganas. Y a que ella toque todo lo que tú no quieres tocar-la provoco-Ademas tú me dijiste que podía ir.

-No vuelvas a decir eso mujercita.

-¿Por qué no puedo decirlo?

-Porque te llevaré a la cama y te haré mía durante horas-dice acercándose peligrosamente.

-¿Y qué pasa si eso es lo que yo quiero? -nos miramos y ella empieza a mirarme la boca- Quiero que me hagas tuya. Quiero volver a gritar a tu nombre.

-Me apetece tomarme el zumo. Voy a hacérmelo-dice retirándose y volviendo a dejarme con las ganas.

-Ana no me vuelvas a hacer esto...

-Mujercita es lo mejor que no hagamos nada... Además no puedes mover el brazo. Cuando tengas el brazo mejor quizás te acepto la propuesta.

Vamos a la cocina a hacernos el zumo, saco varias naranjas y mandarinas.

-¿De qué te lo quieres tomar hoy de naranja o mandarina?

-De mandarina, ¿Y tú?

-Igual que tú-le digo.

-Te gusto tanto que hasta el mismo zumo que yo te quieres tomar.

-Eso es lo que tú quisieras... Pero siento decepcionarte. Tú no me gustas.

-¿Ah, no?-dice soltando el exprimidor que tiene en la mano y acercándose tanto a mí que casi no puede pasar el aire entre las dos-¿Entonces, por qué te pones nerviosa a cada vez que me acerco así?-dice con voz provocadora.

-Porque sabes que no me gusta que se me acerquen tanto- digo intentando que parezca verdad.

-Mmm... No sé yo, a mí me parece que es porque te mueres porque te coma la boca... Y lo que no es la boca-dice riéndose y separándose de mí.

-Más quisieras-le digo intentando calmar mi respiración.

Ana se pone a exprimir las mandarinas y yo le doy los vasos.

-Oye, he visto que hay un vaso roto en la basura. ¿Tiene algo que ver eso con tu caída?

Cuando Ana me pregunta eso no sé que decirle, no sé si decirle que el hombre ese volvió a aparecer, no sé si decirle que los moratones también son de él... No me gusta preocuparla pero necesito contárselo a alguien y también sé que Ana me conoce mucho así que sé que se daría cuenta si le miento.

-Cris, te acabo de hacer una pregunta-me dice sacándome de mis pensamientos.

-Ah sí, perdón me quedé pensando.

-Me di cuenta. ¿Estás bien?-me mira intentando descifrar lo que me pasa-¿Ha pasado algo antes de que yo llegara?

-Antes de que tú llegaras ha venido el hombre vestido de negro aquel del que te hablé...

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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