Capítulo 04

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El ansiado fin de semana había llegado para Minho, aunque no haría nada más que salir con sus amigos esa noche, el estaba contento. La razón era obvia, estaba evitando a toda costa que un rubio se metiera en su cabeza porque de verdad necesitaba un poco de tranquilidad.

No hizo nada más que jugar videojuegos y dormir. Su padre se había ido a hacer las compras con su hermano mayor y podía escuchar a su madre llamarle desde el piso de abajo.

No tuvo remedio más que levantarse con mala cara e ir hacia su progenitora.

— Bebé, ¿tienes planes para esta noche? — le preguntó Mina, su madre.

Minho se rascó el cuero cabelludo, nervioso.

— Mamá, ya te he dicho que no me llames así, me avergüenzas.

— Eres mi bebé y te callas.

El pelinegro rodó sus ojos disimuladamente.

— Como sea, sí, tengo planes esta noche. — murmuró.

— Que mal, vas a tener que cancelarlos.

Minho se quedó mudo, mirándola, pidiendo una explicación.

— ¿No te lo había dicho ya? Bueno, se supone que la familia de la novia de Sunghoon vendrá a cenar esta noche.

Había visto muy pocas veces a la novia de su hermano porque de verdad no lo interesaba ni en lo más mínimo esa relación. Ni mucho menos conocer a su familia.

— Pues que bien, pero no me interesa participar de esa cena aburrida mamá, ya hice planes.

— ¡Pero le va a pedir compromiso! Y tienes que estar. — le recriminó la madre.

Un suspiro pesado salió de los labios de Minho, quien asintió de mala gana. Pensaba que luego de la cena podía ir a algún lugar divertido y pasarla bien.

Se retiró del lugar mientras su madre susurraba "ese es mi bebé" contenta por aún poder controlar a la bestia de su hijo.

***

Jisung iba de un lado a otro, alertando a todos en la casa.

— Papá, ¿ya tienes listo el auto?

Su padre asintió y el rubio dirigió la mirada a su madre.

— ¿Ya te has terminado de arreglar?

— Sí hijo, solo falta Gaeul.

Jisung se dirigió con pasos rápidos hacia la habitación de su hermana y le apresuró para que se marchasen.

Su querida hermana por fin había decidido presentarles a la familia de su novio a sus padres y estaban felices por ello. A Jisung le daba igual, el nunca tuvo una relación, solo una vez cuando tenía 15 se declaró a un chico pero éste pasó de el y ni siquiera tomó en cuenta sus sentimientos. Fue suficiente para que Jisung ya no quisiese siquiera pensar en salir con alguien.

Cuando ya estaban rumbo a la casa de los Lee, la familia de Jisung se encontraba ansiosa. Sabían que existía la posibilidad de que su hija contraería matrimonio pronto y eso era muy bueno.

— ¿Es aquí? — preguntó el señor Han.

— Sí, ya llegamos.

El rubio observó el lugar, parecía ser un barrio tranquilo y la casa se veía más amplía de lo que esperó.

Tocaron el timbre y esperaron pacientemente. Se escucharon pasos desde adentro y la puerta se abrió, una mujer de cabello negro los recibió con una cálida sonrisa.

Decir que Jisung estaba encantado sería decir poco, le fascinó la decoración del lugar. Era tan elegante, tan limpio, tan fresco. Se había quedado con una sonrisa boba.

La mujer los invitó a pasar hacia la sala de estar, el pelirrubio miraba todo con atención. Un señor que reconoció como el señor Lee los saludó y se unió a la conversación.

— Tiene usted una bonita casa. — le dijo Jisung a la señora Mina.

— Oh cariño, gracias. Si supieras cuán difícil es mantenerla.

— Me lo imagino. ¿Se refiere a por sus hijos?

— Sunghoon es muy limpio y ayuda a su madre. — saltó el señor Han, defendiendo al muchacho. — Es Minho el desastroso.

Jisung le miró confundido.

— ¿Minho?

Y como si el lo hubiese llamado, el nombrado apareció bajando las escaleras.

¿Lee Minho?

Jisung creyó que debía ser una broma de muy mal gusto.

— ¡Por fin bajas, cielo! Te estábamos esperando para cenar.

— Buenas noches. — saludó Minho sin ganas.

Cuando su mirada encontró la de Jisung se sintió como una patada dura en los genitales.

Ahora Minho tenía al enemigo en su casa.

Paciencia - Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora