Capítulo 22

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Jisung caminaba por los pasillos del supermercado cogido de unos de los brazos de Ricky. Como era su tercer cita, el rubio más alto quiso hacer algo diferente e invitarlo a su casa para cenar.

No le pareció mala idea, de todos modos nunca tenía cosas que hacer por la noche y tampoco tenía amigos, por primera vez alguien estaba haciendo el esfuerzo de sacarlo de su pequeña cueva.

— ¿Te gusta éste queso? ¿O prefieres otro? — le preguntaba Ricky, mostrándole variedades de queso que usarían para ponerle a la pizza.

Jisung sólo lo miró por unos segundos, analizándolo. Pensó que quizá el no podría ver a Ricky más que como un amigo, pero sabía perfectamente que el otro tenía otras intenciones con él. No le molestaba, de todos modos se supone que lo estaban intentando.

Finalmente contestó.

— Ya te dije que yo no comeré, escoge el que tú desees.

— Pero Jisung... hasta voy a cocinar para ti. — el rubio puso un puchero y Jisung rió, Ricky era muy tierno a pesar de todo.

— Pues hazme una ensalada o algo más sano, no pizza.

Mientras se debatían en elegir lo que cenarían, ninguno se percató de las miradas cargadas de odio que les echaba alguien de lejos.

Minho había ido a comprar una cosas acompañado de su hermano mayor. No creyó encontrarse con Jisung, y menos aún, que éste estuviese muy bien acompañado. El pelinegro no sabía por qué, pero algo dentro suyo sentía la necesidad de ir y romperle la cara a aquel rubio extraño. Y es que notaba como éste le tocaba la cintura al mocoso, hasta tenía el descaro de bajar más sus manos y Jisung parecía demasiado ido pues no se daba cuenta de nada, mientras que el otro imbécil aprovechaba.

Trató de mirar hacia algún otro lugar, pero lo único que su vista pedía en esos momentos era mirar un poco más a Jisung. Pasó las manos por su cabello negro y se rascó, en su mente sólo aparecía el rubio con esos pantalones en exceso ajustados y aquella camisa blanca ajustada a su pequeña pero caliente figura. Las deliciosas curvas lo tenían mal ¿y qué era lo peor? Que él no podía darse el lujo de tocar algo así. Al parecer no era suficiente verlo en el instituto, ahora también tendría que encontrárselo fuera.

En eso, su hermano Sunghoon le pregunta algo y lo saca de sus pensamientos.

— ¿Aquel de allá no es Jisung?

Se hace el desentendido y mira en dirección al rubio.

— Ah, sí. No lo había visto.

Sunghoon mira a su cuñado asombrado.

— Quién lo diría de Hannie, no sabía que tenía novio. Se lo tenía bien guardadito.

Minho hace una mueca de enfado. Aquellos dos no eran novios, eso no era posible.

— No lo creo, ese mocoso es demasiado insoportable para tener novio.

— Digo lo mismo de ti hermano, y veo que tú aún no consigues uno. Venga ya, vamos a saludarlo.

Y ni siquiera le da tiempo de negar cuando Sunghoon ya está yendo hacia ellos. Se debate entre irse corriendo porque aún Jisung no lo ha visto, o ir y enfrentar el problema.

Se decide por lo último, no le gustaba ser un cobarde. Su hermano habla animadamente con el rubio sin percatarse de que Ricky lo mira muy mal.

Minho evita reír, porque ¡vamos! El idiota está celando a la persona equivocada. No es como si el fuese la persona indicada pero... no, de hecho si lo era. Hace solo dos semanas había tenido a esa preciosidad de chico debajo suyo, gimiendo necesitadamente por él, ellos habían tenido algo y por más que quisiera, no podía seguir ignorándolo.

— Hey, hola enano. — lo saluda sin interés, recargándose sobre el hombro de su hermano, creando pura fachada para que nadie se de cuenta de como estaba muriendo de celos hace unos momentos.

— Minh... Ho-hola.

Le encantó como el chico había pasado de estar totalmente seguro a estar con las mejillas rojas y las manitos nerviosas e inquietas.

Se quedan mirando fijamente por unos segundos largos, la tensión sexual sigue ahí, al parecer el tiempo lo único que hace es provocar que las chispas crezcan aún más entre ellos.

— Bueno Hannie, fue un placer verte, también a tu novio. Pero debo irme, saludos a tu familia.

— Ya te dije que no es mi novio, Sunghoon.

El pelinegro gira rápidamente el rostro hacia otro lado para que nadie vea la gran sonrisa socarrona que se formó automáticamente en su cara al oír las palabras del rubio.

"Lo sabía" fue lo que pensó.

Sunghoon niega divertido ante la negativa de Jisung y le da un beso en la mejilla a modo de despedida, a Ricky solo un apretón de manos. Minho sonríe malicioso, y decide imitar la noble acción de su hermano. Aprovecha que el otro rubio grandísimo idiota esté concentrado en mirar mal a su hermano para darle un beso en la mejilla a Jisung y luego susurrarle al oído.

— Pórtate bien, pequeño.

Y antes de incluso alejarse para que nadie lo descubra, besa fugazmente los preciosos labios del más bajo, dejando a éste aún con la cara más roja y con el sentimiento de vergüenza intacto. Se aleja antes de ser descubierto y no le dirige ninguna mirada a Ricky.

Minho se da cuenta que Jisung en ningún momento había impedido ese acercamiento entre ambos, lo que significaba que aún anhelaba un poco de él.

Iba a volver a tener una noche con Jisung y nadie se impondría a eso.

Paciencia - Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora