Capítulo 3

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—¿Qué pasa? —pregunta Helen sentándose a mi lado, en la banqueta fuera de mi casa -te noto extraña

—Me preocupa Julieth

—Si aun es por lo de la fiesta, seguro que ya se la pasara.

—Es que no es eso.

—¿Entonces?

—No contesta ninguna de mis llamadas, no responde mis mensajes y no a ido a la escuela en dos semanas.

—¿Has preguntado por ella?

—Lo hice, pero la profesora solo dijo que no ha podido asistir, y Noah al parecer tampoco sabe nada porque me ha estado preguntando a mi.

—¿Qué hay de Liam? Es su mejor amigo, debe de saber algo.

—Solo me ha dicho que esta bien, que solo necesita un poco de descanso y que no tengo de que preocuparme.

—No suena muy convincente.

—Lo se —admito— pero apenas si hemos hablado desde la fiesta.

Helen se queda en silencio unos segndos antes de mirarame con esa intensidad que tiene cuando sabe que algo más está pasando.

—¿Qué paso exactamente ese día? —pregunta, escudriñando mi rostro.

—Nada importante. Solo me encontré con Julieth y aquel chico, Noah, y después solo hablamos —resumo

—¿Y con Liam?

—Lo mismo, solo hablamos.

—Vamos Sarah —insiste, pasando su brazo por mis hombros—. Somos mejores amigas, puedes contarme lo que sea. 

—Es complicado —resoplo

—¡Perfecto! Soy la mejor resolviendo ecuaciones complicadas —bromea, sonriendo de esa manera que siempre me recuerda que no estoy sola.

—En resumen... me confeso que esta enamorado de Julieth y no sabe como manejarlo.

—¿Y la versión larga? 

Le cuento a Helen todo lo sucedido en aquella fiesta, desde que llegue al salón de eventos hasta que me retire. Le hablo sobre el encuentro con Julieth, lo que paso con Liam y también de cuando estuvimos en el jardín.

—Wow no creí que me fueras a hacer caso, ¡Esa es mi Sarah! —en el rostro de Helen aparece una sonrisa trinfante— ¡Deberíamos celebrarlo!

Días antes, ya habíamos hablado con mis mejores amigos de como me sentia, entonces me aconsejaron intentar cosas nuevas y salir un poco de mi zona segura, saben que eso no facil.

—No estoy segura —murmuro apretando mis labios mientras jugueteo con algunos hilitos de mis jeans.

—¿De qué hablas? —su rostro a cambiado a uno completamente confuso —Saliste un poco de tu zona de confort y estuviste con Liam casi toda la noche, se supone que deberías estar feliz por eso.

No digo nada y Helen parece estar analizando las cosas como si quisiera entenderlas, pero la verdad es que ni yo me comprendo.

—Descuida —recargo mi cabeza en su hombro— Yo tampoco entiendo

El silencio cae entre nosotras, pero no es incomodo. Es ese tipo de silencio en el que no necesitas decir nada porque la otra persona ya entiende lo que sientes. Así es con Helen y Ryan, nos conocemos desde los cinco años, las palabras ya no son necesarias para entender lo que nos suecede. Y su compañía es suficiente para calmar un poco todo ese caos que hay dentro de mi cabeza.

La brisa de primavera acaricia nuestras mejillas mientras el cielo comienza a oscurecerse, el azul oscuro transformandose en un lienzo de las estrellas titilan tímidamente. Nos quedamos observando como la luna se asoma, bañando la ciudad con su suave luz. 

Un tatuaje sin tintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora