El bullicio de la cancha de básquetbol se podía escuchar desde afuera, había chicos con banderitas del logo de nuestra escuela y otras con el de otra, pues hoy había partido para decidir quién pasaba a los juegos finales de nuestra generación. Los partidos se llevaban a cabo en distintas escuelas y esta vez había tocado en la mía.
No soy fan de este deporte pero nos habían advertido que teníamos que estar presentes apoyando nuestra escuela, no era importante para mí así que tomé la decisión de no asistir. Andrew iba a jugar y me dejó claro que tenía que estar presente para apoyarlo pero tampoco me convencía mucho, pues tenía el conocimiento de que en estos juegos siempre hay gran cantidad de personas, gritos y ruido. Algo que no me agrada, sin embargo, él se presentó en mi casa para venir y para mí suerte fue mi madre quien lo recibió así que no me pude negar más. Ya había otorgado el permiso, según ella, tengo que participar en estos eventos para que vaya creando lazos con más personas.
Con Andrew nos encontrábamos afuera de las instalaciones, él esperaba que llegarán los miembros de su equipo mientras yo esperaba alguna persona conocida para entrar con ella y no sentarme sola.
—¡Hola Sarah! —saluda una chica con cabello rizado y oscuro— ¡Qué bueno verte aquí!
—¿Hola? —saludo confundida.
—¿No me recuerdas? —cuestiona la chica dándose cuenta de mi confusión— Soy Camila, estuve contigo en el desfile de verano de tu madre, el año pasado.
—¡Oh por supuesto! —pronuncio mientras mi cabeza trabaja tratando de recordarla —¡Qué bueno verte también!
—¿Te gustaría sentarte conmigo o vienes con alguien? —pregunta al ver qué me encuentro con Andrew.
—Podemos sentarnos juntas —acepto sin lograr reconocerla completamente pero es mejor opción que estar sola.
Compramos papás fritas y sodas para después tomar asiento en primera fila. No puedo evitar preguntarme lo que diría mi madre si mirará lo que estoy comiendo, seguramente algo como que es inadecuado para mí alimentación.
El partido dió inicio, no entendía nada pero Camila se esforzaba en explicarme lo que sucedía.
—¡Increíble ese fue un tiro de tres! —dijo cuando Noah anotó el balón— Cuando tiran desde esa línea valen 3 puntos y si es después valen 2.
Me explica el porque mi escuela va ganando el segundo cuarto por dos puntos y mientras volvía a comenzar el juego fuimos por más comida.
—¿Hamburguesa o nuggets? —interroga indecisa.
—¿Nuggets? —propongo.
—Van a ser dos hamburguesas y dos órdenes de nuggets —dice Camila a la mujer que atiende.
—¿Dos? —pregunto al oír su orden.
—Para ti y para mí.
—Pero yo no quiero —niego —No consumo mucho esto
—Marissa Avens no está aquí, tranquila —menciona con tono divertido— No perderemos nuestra figura por comer un poco de chatarra.
Los gritos de animación retumbaban en mis oídos junto al sonido de los tambores y aplausos, el partido a finalizado y festejan que el equipo de mi escuela a salido campeón, los profesores no tardan en ir a felicitar al equipo junto a varios alumnos, Camila me toma del brazo y me arrastra hasta la cancha para unirnos al equipo, ella felicita a los chicos y luego se acerca a uno de los de la otra escuela, lo abraza y le planta un beso en los labios. Todo a mi alrededor celebra animadamente mientras yo solo estoy aquí parada intentando no chocar con alguien. Me siento fuera del lugar. Busco a Andrew con la mirada pero no logro ubicarlo. Alguien me cubre los ojos con sus manos, me quedo quieta intentando descifrar de quién se trata.
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Un tatuaje sin tinta
Teen Fiction«Decisiones» cosas que definen nuestra vida, y de ellas depende si cometemos errores o no lo hacemos, 24/7 estamos decidiendo, elegimos entre muchas cosas y de esas elecciones depende nuestro día a día, nuestra vida... Y con tan solo una, con tan so...