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- Buenos días, pequeño - murmuró Dan, observando cómo el diminuto ser comenzaba a despertar a su lado.

Los ojitos del pequeño se entreabrieron, llenos de curiosidad ante el nuevo día - Ram - dijo, aún somnoliento.

- ¿Me acompañas a preparar el desayuno? - preguntó Dan, mientras una sonrisa iluminaba su rostro.

- Ujum - asintió el niño, tallándose los ojos con sus manitas, como si deseara borrar el sueño de su rostro.

...

Era Dan alimentando al pequeño Nymy, un espectáculo que, aunque simple, rebosaba amor.

- Por darle de comer a ese enano, morirás de hambre tú - comentó Jaekyung, quien acababa de entrar, exhausto tras su carrera matutina.

- Claro que no, eso sería descuidar a mi pequeño, y yo no quiero eso - respondió Dan, metiendo una cucharada de papilla en la boca del niño, quien la aceptó con gusto.

Jaekyung se sentó y atrajo su plato hacia sí, observando la escena con una mezcla de diversión y reproche.

- Vamos, Nymy, esto está delicioso - dijo Dan, fingiendo comer y soltando un sonido de satisfacción.

- ¡No! ¡Yo quiero frutillas! - exigió el bebé, haciendo pucheros.

- Eso te hará mal. No queremos a un Nymy enfermo - le explicó Dan, con una dulzura que contrastaba con la insistencia del pequeño.

- ¿No puedes darle una simple papilla? - preguntó Jaekyung, con un tono que denotaba obviedad.

- Ya que usted lo ve tan fácil, hágalo - replicó Dan, indignado, mientras posicionaba la silla del bebé al lado de Jaekyung.

- Ahg - suspiró Jaekyung, dejando su plato de lado y tomando la cuchara del bebé, acumulando un poco de papilla - Abre la boca - dijo con impaciencia.

El bebé, en respuesta, apartó su cabeza, negándose a colaborar.

- Vamos, come - insistió Jaekyung, levantando la cuchara al aire. Pero el pequeño, en un arranque de rebeldía, tumbó la cuchara al suelo, riendo a carcajadas.

- ¡Frutillas! - exigió de nuevo.

- ¡No! Come las papillas de una vez - replicó Jaekyung, malhumorado, llenando la cuchara una vez más.

El bebé, ignorando las órdenes, empujó la papilla con tal fuerza que la comida salpicó la cara de Jaekyung, quien, con los ojos cerrados, escuchó las risas de Dan y el pequeño resonar a su alrededor.

- No es gracioso - protestó, limpiándose la cara con los dedos.

- Tienen tres segundos para correr - advirtió Jaekyung, llenando otra cuchara con papilla, mientras una sonrisa traviesa iluminaba su rostro.

Sin pensarlo, Dan tomó al bebé en brazos y salió corriendo de la cocina, seguido de cerca por Jaekyung.

- Tranquilo, Nymy, no hagas mucho ruido - dijo Dan, escondiéndose con el pequeño bajo la mesa del comedor, confiado en haber perdido a Jaekyung en la sala.

Pero, de repente, una textura cremosa cubrió su rostro. - ¡Lobo! - gritó Nymy, señalando a Jaekyung con sorpresa al haberlos encontrado.

- ¡Ha! - exclamó Jaekyung, disfrutando de su victoria - ¿Ahora quién se ríe de quién?

Dan, con fastidio, se quitó la papilla de los ojos. - Está bien, ganaste - dijo, levantándose para dejar al bebé en su asiento.

Jaekyung sonrió y se dirigió al lavabo para lavarse la cara. Pero, mientras lo hacía, no se percató de que Dan había llenado un puño con harina, esperando su regreso.

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⏰ Última actualización: Oct 27 ⏰

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