Capítulo 8.- Charles Leclerc.

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-Dijiste que él si era el amor de tu vida- Me reprochó Sergio

- ¡Yo no sabía que él tenía ese defecto! - Le grité, recordando lo que Charles me contó ayer.

-Max por favor eso no es un defecto no seas tan dramático, ¿no se supone que era tu crush?, estuviste enamorado de él desde hace dos años y porque recién te enteras de eso ¿vas a dejar de estarlo? - Buen punto

-Si - dije firme y si lo hubiese sabido desde el principio no hubiese perdido el tiempo en escribir cartas, dedicarle canciones, llorar por él, tratar de hacer un amarre. - nombré todas las cosas que fui capaz de hacer para que me hiciera caso.

Pero todo era en vano, ¡Todo había sido en vano!

-Haber Max - trató de calmarme, haciéndome sentar a su lado del sofá. - Solo no le gustan los gatos, solo eso, no lo puedes culpar por eso.

¡Me lo tenía que recordar!, mi cita iba tan bien, pero tan bien como para ser la perfecta, hasta que, el sin corazón de Charles dijo que odiaba los gatos le parecían asquerosos

¡DIJO ASQUEROSOS!, me contuve para no tirarme encima de él, pero esta vez lo dejaría lesionado.

Los gatos eran las criaturas más tiernas que pueden existir ¿Cómo le puede dar asco eso?

- ¿A ti te gustan los gatos? - pregunte curioso, tratando de saber un poco más sobre él.

-A mí no. - ¡cójanme que lo mato! - pero a cupido sí. - dijo apenas notó mi cara de desconcierto mezclado con ira y mezclado con...

- ¿Espera que cupido y tú no son la misma persona? - ¿Se había vuelto loco?

-Cupido se amolda a tus gustos, por eso es un buen servicio. - habló como si fuese comerciante, dando una sonrisa exagerada

- ¿Y si me gustan los hombres a ti también? -bromee aún no lo superaba

-No, en realidad si me gustan los gatos así que eso no mete a cupido -se corrigió riendo. -Sonso

- ¿Qué hacemos ahora? -pregunte algo cabizbajo, mi cita con mi crush había sido todo un desastre.

Y ahora estaba con Sergio, el día de hoy también estaba perdido, no quería salir, me la había pasado en la cama hasta que él fue a verme y levantarme para almorzar, y claro que iba a hacerlo él había preparado pollo con ensalada de aguacate.

Bueno bajé solo porque él cocinó y me pareció un lindo gesto de su parte, aunque también sabía que quería algo a cambio y es por eso que terminé contándole el detalle por el que vine la noche anterior molesto y con ganas de solo tirarme a la cama y no salir de allí, pero a él le pareció demasiado infantil haber hecho eso en la cita que él planeó.

-Veamos una serie-propuso al vernos sin nada que hacer

-Está bien, yo la elijo tu ve a hacer las palomitas. - dije a modo de broma. Lo vi pararse para ir directo a la cocina.

-Espero que sea una buena serie dijo desde allí con esa sonrisa que me desestabiliza, me gusta cuando sonríe y eh notado que lo hace solo cuando estamos los dos o compartimos algún momento.

- ¿Estás seguro de que puedes resistir más? - dijo con algo de preocupación al verme bostezando.

-Si, yo sé que puedo. - dije recostándome en su hombro, sintiendo mis pesados párpados solo falta la tercera temporada. - bostecé nuevamente. - Ponle play - me quedé recostado.

Sentí que estaba siendo ¿cargado? O ya estaba soñando

-Eres más pesado cuando duermes. - Lo escuché un susurro.

-Ajam... - No tenía fuerzas ni para hablar, volví a sentir que me recostaron.

-Descansa bien. - Sentí un beso en mi frente y una caricia en mi mejilla, después de eso la puerta fue cerrada.

Tenía demasiado sueño, pero eso no impedía que mi corazón latiese de la manera en la que lo hacía

Hoy fue el octavo día y no lo di por perdido porque la compañía de Checo me hizo sentir bien y me gustaba.

꧁20 días con cupido. Chestappen꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora