꧁20 días con cupido. Chestappen꧂

Capítulo 14.- Closetero.

Día 14

- Te llamarás “Yuki” - toqué su naricita de manera tierna y recibí un ronroneo de su parte. - Awwww Checo gracias, gracias, gracias. - corrí hacia él a abrazarlo.
Estaba muy feliz, en realidad lo estaba.

- Me lo has repetido mucho. - dijo fingiendo molestia y entre dientes.

- Ahh, es que estoy muy emocionado. - choqué un poco con su cara al querer abrazarlo, específicamente sus labios. - Perdón, perdón - dije separándome de inmediato sintiendo las mejillas calientes.

Pero él acunó mi rostro entre sus manos y me besó, fue suave, lo primero que se me vino a la mente fue separarme, pero dejé la idea de lado cuando nuestro beso se tornó un poco más salvaje.

Quiero pensar que esto es momentáneo, así como lo que estoy sintiendo en este momento. Mis brazos rodearon su nuca, sentí nuestro beso más necesitado, así como sus manos en mi cintura.

Me sentía extraño al pensar que estoy pagando el regalo que me hizo Checo de esta manera, pero yo quería hacerlo, así que eso no cuenta como algo contra mi voluntad.

- Perdón - dijo separándose de golpe, al verlo noté sus pupilas dilatadas.

- ¿Qué? - traté de pedir una explicación, ambos queríamos ¿Cuál era el problema?

- Tú estas buscando a alguien… no quiero que te arrepientas, si esa persona no soy yo.

- ¡Al diablo con mi persona indicada! - lo besé de vuelta, necesitaba hacerlo.

Quería aclarar que era eso “bonito” que sentía cada vez que sonreía solo para mi, que me trataba de manera tierna y me consentía, quería pensar que todas sus muestras de afecto hacia mi no solo eran de un “amigo”, hace unos días ya muchas ideas rondaban en mi mente.

Había quizá una probabilidad de que yo le guste a Checo, no me gustaría ilusionarme, pero me quería aferrar a esa idea.

Nos besamos ambos, se que los dos necesitábamos aclarar lo que sentíamos, aunque este no era el momento adecuado para hacerlo, no quería pensar en eso, no cuando ahora cuando estoy sintiendo sus besos en mi cuello, ese era mi punto, el que me volvía loco.

- Me gustas - susurró de manera sexi en mi oído, mientras mordía el lóbulo de mi oreja. Gemí, sintiendo su mano debajo de mi polo.

Me calentaba la sola idea de hacer esto con Checo, no voy a negar que el era un chico muy lindo, pensé que me habían enviado directamente al amor de mi vida.
Pero él dijo que era mi cupido y encontraría el mío.
La ropa desapareció en el instante que estaba en el sofá
No me aterraba la idea de tener sexo porque esta no era mi “primera vez”, la típica que te duela como el alma.
Sentí su mano masajear levemente mis glúteos, parecía que aún pensaba que me iba a arrepentir, pero eso aún no estaba en mis planes.
Pasé mis manos sobre sus músculos, mientras el seguía besándome de manera tierna. Hasta que puse mis piernas alrededor de su cadera, iba a hacerlo con mi cupido con la persona que se supone que encontraría a mi novio.

Y no me arrepentía de nada

[…]

- No hagas eso. - reí, mientras el trataba de salpicar agua en mis ojos.

Estábamos bañándonos juntos, después de lo que tuvimos en el sofá, pensamos en no hacerlo allí nuevamente. Debido a que creo que traumamos a Yuki.

- Creo que deberíamos salir ya. - propuse levantándome buscando mi toalla con la mirada.

- ¿Estás provocándome? - preguntó mirándome de manera sexi mientras mordía su labio exageradamente. Me tape de inmediato con la toalla.

- Solo te recuerdo que ya lo he visto todo Verstappen. - dijo divertido mientras también se levantaba.

Le saqué la lengua, y me dispuse a cambiarme.

- Descansa Max, gracias por eso. - me besó la frente mientras acariciaba mi rostro, sus expresiones cambiaron un poco. - ¿No te arrepientes verdad? - preguntó con un surco entre las cejas.

- No, descansa también Checo. - besé su frente, me sentía cansado. Oí un suspiro de su parte.

- Emilian yo… - no alcancé a escuchar más, solo sentí un beso en mi frente y me entregué a los brazos de Morfeo.

Nos abrazamos, era la primera noche que dormíamos juntos y si hubiese sabido que iba a hacer la experiencia más bonita hubiese acortado todo el rollo.

Hoy era el día catorce y creo que ya no necesitaré a alguien porque mi cupido lo era.

No hablamos nada por hoy, sabía que entre ambos existía lo mismo mientras decía lo mucho que me quería, me lo repitió muchas veces después de lo que habíamos hecho y descubrí que no era un closetero como lo pensé.