Capítulo 5.- Quince días para conquistarlo.

27 5 2
                                    

- ¿Aún tienes náuseas? – pregunté preocupado. Había pasado un día desde que salimos del parque de diversiones, y Checo todavía se sentía mal por querer aparentar ser fuerte.

En mi defensa, no sabía que él les tenía pánico a los juegos de altura, y nos subimos a varios. Después de caminar casi una hora, no encontramos al que sería mi perfecto novio.

- Ya estoy mejor, solo ve a tu universidad, tomaré el día para descansar – dijo aún afligido, con una cara decaída.

Sentí el impulso de quedarme con él, pero no podía. Hoy tenía que presentar el proyecto junto a Charles.

- Estoy dejando sopa acá – señalé su mesita de noche – también hay una pastilla por si te duele la cabeza. En serio, no creí que esto pasaría. Perdón, tómate el día, no te preocupes por encontrar a mi novio hoy. – Sentía algo de culpa, mínima, pero ahí estaba.

Sí, ese era el perdón número 33 que le decía, y de cierto modo también estaba obligado a decirle que tome el día libre.

- No fue tu culpa, no te preocupes y suerte – se despidió, alzando su mano a duras penas. Sí, así de mal se encontraba.

Asentí y salí. Hoy iría con mi amiga.

- ¿Sigues viviendo con ese chico? – preguntó mirando mi casa desde fuera, sintiendo curiosidad en sus palabras.

- Sí, él me está ayudando mucho – respondí, con algo de sinceridad.

Nuestra charla acabó allí, ya que subí a su auto y me despedí de mi cupido fallado por hoy.

- Podría concluir con ese ejemplo – miré a mis compañeros y qué tan atentos se veían es todo profesora – finalicé con una gran sonrisa, miré de reojo a Charles, quien tenía la mirada sobre mí.

Recibimos aplausos por parte de la profesora y de los presentes.

Nuestro proyecto había sido el mejor elaborado de la clase, y eso me hacía sentir orgulloso.

- Eso fue bueno – dijo Charles a mi lado y asentí, había sido perfecto - ¿celebramos? Yo invito – propuso con esa sonrisa, la cual era tan diferente a la de Checo.

Esperen, ¿Checo? No debería estar pensando en él, y menos en un momento como este.

Era la primera vez que mi crush me invitaba algo, ¡la primera vez! ¿No podía desaprovechar esta oportunidad? ¿Verdad? Pero, ¿cómo estaría mi cupido fallado? Si yo encuentro a mi novio, le quitaría un poco de trabajo a él, eso sería aún mejor.

- Está bien – acepté ¿cómo hacemos? – Trataba de no hacer notar mi entusiasmo y nerviosismo frente a él.

- Te espero a la salida dijo saliendo a la que sería su última clase y yo dirigiéndome a la mía.

Estaba feliz. ¡Hoy saldría con la persona que me gustó desde que ingresé a la universidad!

Estaba tan entusiasmado con ello, que la clase pasó tan rápido.

- Vamos – escuché la voz de Charles después de terminadas todas las clases.

Cinco minutos después, nos encontrábamos en una heladería, muy bonita.

- Queremos pedir un helado de vainilla con fresa y otro de chocolate con choco chips – me desconcertó, solo un poco. Eso sonó raro. Él sabía el sabor de helado que yo amaba, pero era la primera vez que me invitaba uno.

- ¿Y cómo has estado, Max? – fingió interés en mí, mirándome constantemente. No podía creerlo, y por eso me puse a hacer algunas teorías como por ejemplo "soy su apuesta". Sí, así de raro me sentía.

- ¿Bien? – mi respuesta sonó más como una pregunta, porque no

Entendía muy bien de qué se trataba. Él me estaba preguntando cómo estaba, algo que jamás había hecho.

- ¿Es cierto que aún sigues viviendo con un chico? – preguntó

Mirándome fijamente, mientras yo disimulaba un poco metiéndole la cuchara al helado.

¿Acaso todos lo sabían ya?

- ¿Chico? – traté de hacerme el desentendido, metí una cucharada de helado a mi boca.

- Siento que lo conozco de algún lado, pero aún no logró saber de dónde . - era algo ilógico. Era la primera vez que yo conocía a Sergio, no tenía sentido. Era una compañía privada. ¿Charles habrá contratado algún servicio de aquella aplicación?

- Es una buena compañía, estará solo un par de días en mi casa.

- ¿Es tu novio? – su pregunta no fue nada elaborada y eso me generaba duda. Parecía que había esperado tiempo en hacerla.

Escupí mi helado. ¿Mi novio, un chico como él? Quería reír en ese momento. ¿Cómo podían pensar eso? Él era mi cupido fallado y closetero.

- Él está ayudándome a encontrar uno – dije la verdad y me avergonzó un poco admitirla frente a él. Quizá me tome como una ridícula.

Y él pareció no entender, por lo que ladeó la cabeza.

- Sergio, me está ayudando a encontrar un novio.

- ¿Es gay? –

- Él dice que no – respondí encogiéndome de hombros y dando una sonrisa mientras lo recordaba. Un escalofrío me recorrió.

Nota mental: no sonreír cada vez que pienso en él.

Después de ello, conversamos acerca de cosas triviales y, adivinen qué, ¡mi crush estaba soltero! Así como lo leen. Él estaba solo porque al fin había dejado a Becky.

¿Era acaso una señal divina que me indicaba que debería yo misma encontrar a mi novio?

La tarde pasó rápido, con él, porque si aún estaba con su compañía.

- Adiós, fue un lindo día a tu lado – se despidió, dándome un beso en la mejilla.

¿Puedo desmayarme ya?

Asentí, e ingresé a mi casa y grité. Era inevitable no hacerlo. Mi crush, por fin, me había tomado atención después de casi cuatro años.

¡Qué pasó! – gritó Sergio ingresando a la sala con una sartén en la mano. Corrí a abrazarlo, estaba tan feliz.

- ¿Qué te pasó? – preguntó confundido, pero aun así correspondiendo mi abrazo.

- Creo que encontré a mi futuro novio – hablé en medio del abrazo, y lo sentí tensarse. Fue raro, pero pensé que era porque él debería hacerlo y pensaría que yo ya no lo necesitaría.

Después de mi efusiva revelación, Sergio se separó del abrazo y su rostro reflejó una extraña mezcla de sorpresa y desasosiego.

- Encontraste a tu futuro novio tan rápido – comentó Sergio con una media sonrisa forzada.

Mi mente se debatió entre el entusiasmo de mi reciente conexión con Charles y la presencia inesperada de Sergio, cuya mirada indagadora no pasaba desapercibida.

- Sí, parece que las cosas se están moviendo más rápido de lo que pensé – respondí, tratando de mantener una actitud relajada.

Sergio asintió y decidió cambiar de tema. Pasamos el resto de la noche compartiendo anécdotas y risas, pero su presencia dejó una sombra intrigante sobre mis emociones.

Mientras me retiraba a mi habitación, me invadió una sensación de confusión. La proximidad entre Charles y yo se intensificaba, pero la presencia de Sergio añadía un giro inesperado a mi búsqueda de amor.

Hoy el quinto día no podría decir que fue un día perdido, es más

Descubrí que yo también podía encontrar a mi novio y solo tenía quince días para conquistarlo.

꧁20 días con cupido. Chestappen꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora