Ámame a mi

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Barcode miró a Ta con una seriedad que pocas veces mostraba. Había una determinación en sus ojos que lo hacía parecer aún más maduro de lo que ya era.

-Eso espero -murmuró-. Si vine hasta aquí no es porque ya confíe plenamente en ti... es porque sé que tú, si te lo pido, me dejarías ir.

Las palabras de Barcode cayeron pesadas en el aire. Ta, acostumbrado a su frialdad y seguridad, esta vez sintió un pequeño golpe en el pecho. El silencio que siguió a las palabras de Barcode era incómodo. El alfa, sorprendido por lo directo del comentario, cerró los ojos por un momento, como si estuviera buscando la respuesta adecuada en su interior. Cuando los abrió, sus ojos mostraban una mezcla de comprensión y dolor.

-¿Verdad? -finalizó Barcode, buscando una confirmación.

Ta apretó la mandíbula y asintió con lentitud, su mirada enfocada en el suelo antes de volver a Barcode.

-Así es. Siempre y cuando no corras riesgo y estés seguro... yo no te impediría irte si ese es tu deseo -respondió Ta, con una honestidad que parecía cargar un peso emocional en cada palabra. Sabía que lo que decía era cierto, aunque doliera. Si Barcode decidiera irse, aunque eso lo destruyera, no lo retendría. No porque no quisiera, sino porque lo amaba demasiado como para forzarlo a quedarse.

Justo cuando Ta estaba por añadir algo más, su celular sonó, interrumpiendo el momento. Se lo llevó al oído y al otro lado de la línea una voz con marcado acento italiano comenzó a hablar. Ta escuchó atentamente, pero antes de responder, apartó el teléfono de su rostro para mirar a Barcode.

-Code, ya vuelvo. Siéntete como en tu casa -dijo suavemente, su tono más relajado ahora que la conversación había cambiado de dirección. Salió del lugar, dejando a Barcode solo en la sala.

Barcode lo vio salir, el eco de las palabras de Ta resonando en su mente. Había algo doloroso en lo que había dicho, una verdad que no estaba listo para enfrentar del todo.

Minutos después, el silencio de la habitación fue interrumpido por la llegada de Build. El guardaespaldas entró con una bandeja en las manos, y en ella, un vaso de agua y unas pastillas. Se acercó a Barcode, inclinándose ligeramente antes de ofrecerle la bandeja con una leve sonrisa en los labios.

-Toma, sé que lo necesitas -le dijo dulcemente.

Barcode lo miró por un segundo, sorprendido por la atención al detalle de Build. Aunque no había dicho nada, el guardaespaldas parecía conocerlo lo suficientemente bien como para saber que necesitaba esas pastillas para evitar otro incidente como el de antes.

-Gracias -dijo Barcode mientras tomaba el vaso y las pastillas.

Build se preparó para marcharse, pero justo cuando estaba por girarse, Barcode lo detuvo.

-Espera... -dijo el omega, su tono algo más suave que antes-. Quédate. No quiero estar solo... hablemos.

Build se detuvo en seco, dudando por un momento. Aunque su deber principal era la protección de Barcode, no esperaba una petición como esa. Sin embargo, al ver la mirada en los ojos del joven omega, comprendió que lo que Barcode necesitaba en ese momento no era protección, sino compañía. Asintió levemente y se sentó en el sofá frente a él.

Un silencio cómodo se instaló entre ellos al principio, uno que ambos parecían apreciar. Finalmente, Build rompió el silencio.

-¿Cómo te sientes? -preguntó, su tono amable pero con un toque de preocupación.

Barcode se tomó un momento para responder, bebiendo un sorbo de agua antes de mirarlo.

-Confundido... supongo. -Admitirlo en voz alta parecía costarle-. Todo lo que ha pasado en estos últimos meses... a veces siento que ya no sé en quién confiar o hacia dónde estoy yendo.