sorpresa

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Rivers

El ruido fue como un trueno en el silencio de la prisión, un estruendo que nos hizo mirar hacia arriba con sorpresa y miedo. La pared detrás de Juan se derrumbó, y una nube de polvo y escombros se elevó en el aire. El sonido de la explosión aún resonaba en nuestros oídos cuando una figura emergió de la nube de polvo.

Era un hombre, alto y delgado, con un pasamontañas que ocultaba su rostro. Llevaba un rifle en la mano, y su mirada era firme y decidida. Su presencia fue como un rayo de esperanza en la oscuridad de la prisión.

"¡Libertad!" gritó, su voz potente y clara.

Juan se giró, su rostro lleno de miedo y sorpresa. "¿Quién eres?" preguntó, su voz temblorosa.

El hombre no respondió. En su lugar, disparó el rifle, y Juan cayó al suelo con un grito de dolor. El sonido del disparo resonó en el pasillo, y los guardias comenzaron a correr hacia nosotros.

"¡Vamos!" gritó el hombre, su voz urgente. "¡Tenemos que salir de aquí!"

Ari y yo nos miramos, y sin decir una palabra, seguimos al hombre. Roier y Aldo nos siguieron, y juntos, corrimos por el pasillo, esquivando a los guardias y las balas que nos disparaban.

La prisión se convirtió en un caos, con alarmas sonando y guardias gritando. Pero nosotros estábamos libres, libres por fin. La adrenalina corría por nuestras venas, y nuestra determinación era firme.

"¿Quién eres?" pregunté al hombre, mientras corríamos.

"Soy missa", respondió, sin mirar atrás. "Un amigo de Osvaldo".

Me sentí emocionada, y mi corazón latió con esperanza. "¿Qué quieres decir?" pregunté.

"Osvaldo tenía un plan", dijo missa, su voz jadeante. "Un plan para escapar. Y yo soy parte de ese plan".

Me sentí confundida, pero también intrigada. "Pero ¿cómo?" pregunté.

"Osvaldo me contó todo", dijo missa. "Me contó sobre Quackity. Me contó sobre la prisión. Y me pidió que los ayudara".

Me sentí agradecida, y mi corazón se llenó de emoción. "Gracias", dije. "Gracias por ayudarnos".

Missa sonrió, y su mirada se suavizó. "No hay de qué", dijo. "Tenemos que encontrar a Quackity. Tenemos que hacer que pague".

Nuestra determinación era firme, y nuestra misión era clara. Íbamos a encontrar a Quackity, y íbamos a hacer que pagara por lo que había hecho.

[me enamoré de una criminal]《rivari》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora