[me enamoré de una criminal]《rivari》

fuga

Rivers

Dos semanas después de la muerte de Roier, Ari y yo estábamos más decididas que nunca a escapar de la prisión y encontrar a Quackity. La rabia y la sed de venganza nos impulsaban a seguir adelante.

Y entonces, sucedió.

Missa apareció en nuestra celda, su rostro sonriente y su mirada brillante.

"Es hora de irnos", dijo, su voz baja y urgente.

No preguntamos cómo había escapado. No importaba. Lo único que importaba era que estábamos libres.

Missa nos guió por los pasillos de la prisión, evitando a los guardias y las cámaras de seguridad. Era como si conociera cada rincón de la prisión.

Finalmente, salimos al aire libre, y la sensación de libertad fue increíble.

"Gracias, Missa", dije, mi voz llena de emoción.

Missa sonrió.

"No hay de qué", dijo. "Tenemos que encontrar a Quackity".

Y así comenzamos nuestra búsqueda.

Pasamos dos semanas buscando pistas, siguiendo rumores y entrevistándonos con personas que podrían saber algo sobre Quackity.

Y finalmente, lo encontramos.

Estaba en un club nocturno de la ciudad, rodeado de guardaespaldas y mujeres hermosas.

"Es él", dije, mi corazón latiendo con emoción.

Ari me miró, su rostro tenso.

"Vamos a hacer que pague", dijo.

Missa asintió.

"Estoy con ustedes", dijo.

Y así, comenzamos a planear nuestra venganza.