9

303 24 0
                                    

Nicholas estaba desesperado porque Amelia fuera suya, la besaba sin parar. Amelia le rasguñaba la espalda sin importar las heridas qué tuviera el. Lo que tanto estaban deseando ambos se les hizo realidad. Amelia gemía sin duda alguna, Nicholas le gustaba la cara que ponía ella, Amelia agarraba la almohada para apretarla de la satisfacción que sentía. Amelia pasó la noche en casa de Nicholas.

—Muy buenos días —dice Amelia bostezando.
—Buenos días —dijo Nicholas en seco y frío.
—¿Solo buenos días? —dice Amelia acercándose con el

Nicholas estaba cambiándose y poniéndose el traje para irse a la iglesia.

—Tengo que irme, las monjas me citaron —dice Nicholas mientras se pone un zapato.
—Déjame curarte —dice Amelia
—Ya es tarde Amelia —dice Nicholas mientras se levanta de la cama y sale del cuarto.

Sonó mi teléfono pensé que era Paulina pero era Leo, era un mensaje de él "Espero estés teniendo un gran día, te extraño. Pronto nos vemos", apagué el teléfono y me paré de la cama. Estaba sola, abrí el clóset de Nicholas para buscar algo que ponerme, tenía una sudadera y una pantalonera en el suelo del clóset. Al momento de agacharme vi una caja grande blanca. Me dió curiosidad, al momento de abrirla pensé que eran fotos de él, de bebé tal vez. Era un estetoscopio y una bata que decía "Dr. Nicholas Chávez" me sorprendió mucho, él no quería ser médico el ya era un médico.

Al quitar todos esos objetos, había una carta. Al parecer era de una niña y tenía la ubicación del hospital.
"Gracias Doctor por haber hecho de mis últimos días los mejores, siempre te llevaré en mi corazón y espero encuentres a la mujer que tanto deseas a esa mujer que sueñas".
Inmediatamente me puse la ropa de Nicholas para ir al hospital. Guardé las cosas en su lugar y solo me lleve la carta, salí de la casa y agarré un taxi.

—Buenos días, sabe si aquí trabajo el Doc Nicholas Chávez —dice Amelia a una enfermera
—Así es —dice una doctora atrás de Amelia
Amelia volteando rápidamente —¿Lo conoció?
—¿Quién eres tú?
—Mucho gusto, Amelia. Solo una conocida de Nicholas. —dice Amelia estirándole la mano
—Hablemos en otro lado —dice la doctora.

Se fueron a la estancia de espera en donde se toma café y venden comida.

—Así que conocida —dice la doctora risueña.
—Si, Nicholas es sacerdote. De hecho él fue el que me casó —dice Amelia nerviosa
—Si supe que se hizo sacerdote. Lástima, era un gran o bueno es un gran doctor. Le dio alegría a muchos niños aquí.
—¿Y porque dejó de hacerlo? solo sé que su mamá se enfermó.
—Su mamá no sabía que él era médico, todo este tiempo ella pensó que era un sacerdote. Le cumplió su última voluntad y promesa de verlo siendo un sacerdote. Y así fue, él con todo el dolor dejó de ser un médico. Algo está pasando para que él deje de ser un sacerdote y vuelva hacer lo que tanto ama.
—Es lo mismo que pienso yo, no puedo mentirle. Nos hemos besado varias veces y sé que no le invoque pero ayer tuvimos relaciones. Y la manera en la que él reaccionó hoy en la mañana me hizo sentirme despreciada.
—¿Pero estás casada no? —pregunta la doctora.
—Una larga historia. —dice Amelia entre risa.
—Encontré esta carta. —Amelia poniéndola en la mesa.
—María.. fue una niña muy querida por Nicholas y ella también quiso mucho a Nicholas, ella tenía un problema en el corazón. Lastimosamente falleció.
—Lo siento mucho.

Llegó una enfermera buscando a la doctora.
—Doctora. La necesitan en urgencias.
—Fue un gusto conocerte Amelia, mucho gusto. Camila, espero pronto pueda visitarnos Nicholas. O volverte a ver.
—Hasta luego. —dice Amelia un poco triste.

Me fui del hospital y volví agarrar un taxi para ir con Paulina y contarle todo. Sentía el pecho demasiado presionado.

—Tomate esta pastilla —dice Pau dándole un vaso de agua.
—Gracias amiga.
—Es todo un misterio el sacerdote.
—Lo sé, me preocupa demasiado.
—¿Pero porque Amelia? ¿Porque mejor no te olvidas de él y te enfocas en querer a Leo?
—No puedo Paulina, me duele el corazón de solo pensar que él está solo y tal vez no tiene un apoyo. Y se refugia en la iglesia y por eso no quiere irse de ahí.

¿Cielo o Infierno? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora